19 octubre 2009

*Predicación 18.10.'09 ‘Cristianos de siempre’

Es de gran interés saber si eres o no cristiano. Puede ser que te estas engañando a tí mismo, puede ser que te han hecho creerlo, puede ser que un día te despiertes y las personas con las que convivas en la iglesia hallan desaparecido, y te quedarás con un montón de tristes preguntas: …Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Romanos 8:9 (NVI)

Conozco cristianos desde que tengo uso de razón, muchos de ellos son a mi parecer buenos cristianos, pero también conozco personas que se sienten cristianos pero que sus frutos dejan ver todo lo contrario. Otro caso, y es el que si me concierne, es el de las personas que luchan y desean saber si son o no son verdaderos cristianos. Yo, al igual que ellos, tuve la necesidad honesta de comprobar mi cristianismo, pues no deseaba engañarme a mi mismo. Porque en esos caso, las personas aspiran a experimentar una relación auténtica con Dios, y muchos de ellos piensan que su relación debe ser copiosamente como la de sus compañeros feligreses. Algunos de ellos se preguntan si el sinónimo de un buen cristiano es aquel que levanta sus manos y se conmueve vigorosamente durante la alabanza, otros tratan de alzar su voz en una oración y copian los patrones de sus compañeros, otros simplemente se preguntan en que momento sabes que Dios te esta tocando el corazón, e ingenuamente piensan que sentirán una punzada en el pecho. Puede ser frustrante que al momento del culto a Dios una persona se siente al lado de un hermano en Cristo que de repente se inca, habla en lenguas, deja una charco de lágrimas en su sitio y se va con una sonrisa de oreja a oreja hablando de lo maravilloso que fue la reunión de ese domingo, cuando al contrario el hermano que aspira a tener una relación con Dios igual a esa, se va con sensaciones muy diferentes en comparación.

Muchos se conmueven con el mensaje de Jesucristo, saben y aceptan el mensaje, pero si no es obra del Espíritu Santo, su cristianismo es vano / Jesús nos hizo saber esto: “Ahora vuelvo al que me envió… Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes. Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado a la justicia y al juicio… …cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes” Juan 16: 5-16 (NVI) “Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él testificará acerca de mí” Juan 15: 26 (NVI)

Todas las personas tienen las mismas oportunidades de estar en la presencia de Dios, la forma en que lo logres dependerá de que tanto te lo permitas. Si bien la Biblia y los líderes de alabanza y adoración nos revelan la voluntad de Dios en las diversas formas en que podemos experimentar esta relación con Dios… algo que me parece esencial es que esa oportunidad sea auténtica.No dudas si te subestimes.

Nadie es más importante ni menos importante para el propósito del evangelio, lo importante es que tu deseo y trabajo sea comandando por el Espíritu Santo, el es quien da noticia del salvador. Mira el ejemplo de Pedro, quien se dirigió a las multitudes, fue el Espíritu Santo quien se revelo: Sucederá que en los últimos días —dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano / aun sobre mis *siervos y mis siervas / Arriba en el cielo y abajo en la tierra mostraré prodigios / … todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. / A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos. Exaltado por el poder de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, ha derramado esto que ustedes ahora ven y oyen. Hechos 2: 14-40 (NVI)

Yo considero que nadie tiene la capacidad por si mismo de mostrarte o enseñarte a alabar a Dios y mucho menos a saber si eres o no un cristiano auténtico. Yo considero que esa es una labor únicamente del Espíritu Santo. Si tú aun tienes esa gran duda, este es el momento perfecto para salir de ella.
Predicadores, evangelistas, misioneros, maestros, oradores, gente que da testimonios, etc… todos estos trabajadores del misterio de Jesús pueden hablar de Dios, de su plan perfecto para ti… pero si el Espíritu Santo habla por ellos, su testimonio no es lo que trasciende en los demás, sino el testimonio que el Espíritu Santo da de si mismo. ¿Cómo funciona esto? El Espíritu Santo ilumina al portador de la palabra.

1 - Así que en primer lugar, este mensaje para los que trasmiten estos mensajes a otras personas. Cada vez que te animas a compartirle a alguien de Dios… debes saber que es el Espíritu Santo quien debe trabaja en ti. ¿Tienes dudas o conflictos con esto? Has pensado… ¿porque nadie llega a los pies de Jesucristo cuando les predicas? ¿Por qué no ves buenos frutos en las personas a las que les enseñas de la Biblia? Analiza si es el Espíritu Santo quien ilumina tu ministerio.
2 - En segundo lugar esta el resto de la congregación o las personas a quienes se les predica, los que visitan una iglesia o a quienes damos testimonio. Este sector también es responsables de su salvación. Cuando se escucha el mensaje, se es responsable de atenderlo, y no solo eso, se es responsable de hacer efectiva la palabra de Dios en si mismos. O sea, tu abres o no la puerta cuando Jesús llama a ella. Si no estas atento en el Espíritu Santo, puede ser que aun no le has recibido, y no vive en ti para hablarte directamente por medio de la palabra o de quien sea.

Hay quienes piensan o dicen: "¿Porque Dios aun no me revelado mi ministerio?... Dios aun no me hace sentir que existe, no siento nada en la alabanza. Dios no me permite aun ver buenos frutos en mi iglesia. Por más que hago oración, Dios no me cambia, no siento que me escuche". Todas estas pueden ser dudas reales, y no las típicas excusas que rondan en una congregación floja. Por lo tanto es altamente conveniente decirte que la respuesta es el Espíritu Santo. Este es un llamado a toda la iglesia, todo creyente puede permitir que el Espíritu Santo le llene y aceptar su llamado en su testimonio. De otra forma, solo experimentarán asuntos personales y no precisamente espirituales. Jamás pasará nada trascendentalmente espiritual, y seguirán creyendo en sus mentes que son auténticos cristianos… triste asunto, pues no serán reconocidos como tal al final de los días.Suena determínante, pero esta palabra no es para que te sientas culpable. Todos los seres humanos estamos totalmente acostumbrados a actuar según la naturaleza física, solo confiamos en nuestras reacciones musculares o emocionales, es decir, todos somos humanos y tendemos a reaccionar según lo que vemos o sentimos, pero solo se trasciende de esa naturaleza meramente humana a un plano netamente espiritual por medio del Espíritu Santo que nos lo comunica y nos dice: cómo, cuándo y porqué… Esta es la verdadera conversión de la que tanto hablan los cristianos.


No es un error reconocer en tí la falta del Espíritu Santo, tampoco es vergonzoso pedir por su presencia en tí. Mira el ejemplo de la mujer samaritana, quien pido a Jesús el agua viva: “Cualquiera que beba del agua de este pozo volverá a tener sed, En cambio, nunca más tendrá sed aquel que beba del agua que yo ofrezco, porque el agua que yo le daré se convertirá en su interior en una fuente inagotable de vida eterna. Juan 4:13-14 (Castilian) …él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo. Tito 3:5 (NVI)

…Cuando decimos: que “x” o “y” persona: “Se convirtió al cristianismo” es solo una nota, pero si esa conversión realmente se efectuó, aflora en la persona no solo un cambio visible, sino que también aflora un cambio trascendental. ¿Cómo se entiende este sentido de “trascender”? Esa conversión es la que el Espíritu Santo nos hace ver y sentir auténticamente, no es la mente (como dicen: “le lavaron el coco”) no en el corazón (es solo un músculo, y no sentirás una punzada en el pecho) no es un sentimiento escueto (no todos lloran cuando se convierten, otros pueden también reír, saltar o brillar, pueden meditar, orar o gritar, etc.)

Dios puede usar muchos medios para comunicarte de su salvación para ti y que desea tener una relación contigo, incluso puede ser que lo leas, escuches o medites cientos de veces y jamás llegar a tener noción o conciencia real de que ocurrió. Algunos lo escuchan y a la primera se convierten, otros viven pensando que son convertidos, pero no lo son (cientos de cristianos de toda una vida, se convierten después, (incluyendo ministros) y otros han sido llamados tantas y tantas veces, todas esas oportunidades que rechazaron de jóvenes y que luego te conviertes a edades tardías. En este asunto, hay mil colores de casos… (o sea, cristianos de todo tipo) Pero esa idea es una falacia, no existen los buenos o malos cristianos, solo existen cristianos, no hay grados ni escalas. Lo que si hay es falsos cristianos y auténticos cristianos. Considero que no es nuestro trabajo definir eso, nuestra contribución en todo caso es ministrar por medio del Espíritu Santo, de Él es el trabajo y de Él son los buenos frutos. Es labor de los líderes de una iglesia administrar y vigilar el buen orden de las actividades eclesiásticas… y es (en la mejor de las intenciones) que esta iglesia sea tomada por el testimonio que el Espíritu Santo tiene que comunicarnos. Prestemos atención a esa voz y restemos atención a las voces que acallan esta labor.

¿Qué podemos hacer cuando las cosas no marchan según lo planeado?
Entregarnos más y más al Espíritu Santo, es lo mejor que podríamos hacer.
Claro, también:Podríamos predicar más “fuerte” o hacer el mejor retiro espiritual jamás realizado antes.Podríamos cantar mejores y más bellas alabanzas, con más instrumentos o dar clases más creativas, y células más abundantes. Podríamos seguir corrigiendo anomalías y agregando más ministerios o llenar la iglesia y cambiar horarios o rutinas… Etc…
Pero… dejemos siempre que el Espíritu Santo dé testimonio de si mismo por medio de todo esto y más.

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)