17 septiembre 2009

*Predicación 13.09.'09 ‘Conciencia Cautiva’

Basada en:
1ª. Corintios 8 & 10:23-32


Recuerdo cuando ir a la iglesia era cuestión de vida o muerte, ir o no al cine o ver la tele era cuestión de ir o no ir al infierno, cuando las placidas y ñoñas conversaciones entre mis compañeros cristianos no trascendían mas allá del primer KCT de Marcos Witt. Recuerdo las predicaciones a grito que de repente se oían cuando un pastor invitado dominaba la noche de campaña bíblica, exhortando al avivamiento de la iglesia, con recriminaciones comunes y sosas sobre los asistentes.

Poco a poco la iglesia en general a vislumbrado un avance en cuanto a lo “permisible” y lo que no lo es para (según dicen) Dios. ¿Dónde estaría hoy sin los avances y el desarrollo que ha tenido la Biblia en los últimos años?¿Qué hay entre la delgada línea del fanatismo y el escrutinio de la Biblia? Finalmente ¿Cuál es la intención más generosa de la iglesia para con sus feligreses? Cualquiera que sea la respuesta, es conveniente tomar conciencia, muchas personas se están perdiendo como el agua de una manguera que se queda abierta toda la noche. Las personas inconscientes no sabe ni se enteran del daño o de las bendiciones que pasan por sus vidas o por las vidas de los demás, pero las personas conscientes saben, tiene un cocimiento, y es su responsabilidad tomar acción y hacer algo trascendental por evangelizar a otros. La conciencia personal nos puede lleva a un estado de vida ideal, pero que pasa cuando no sujetamos esa conciencia al servicio de una causa evangelista? En ese caso tu ministerio o intenciones son vanas en comparación a lo que aun no has hecho por los demás.

…Resulta que para entender la palabra de Dios debemos siempre comenzar y terminar todo debate y toda idea con los principios básicos del evangelio. Una de ellas es el amor y la misericordia que Dios ha tenido para todo ser humano sin importar su naturaleza.

Hace unos días, envíe por el boletín un artículo muy revelador, en el se describía una nueva reforma (por así decirlo) en donde una de las iglesias más tradicionales y antiguas de EUA, finalmente admitía que los homosexuales tienen derecho a una vida sexual responsable, además de permitir que los reverendos de sus iglesias tenían también derecho a vivir en parejas monogramas y a la vez ejercer sus ministerios libremente. Esta “libertad” quedó establecida por escrito, más con una importante primicia: "La Conciencia Cautiva” Un termino que resulta familiar solo para aquellos que hacen un radical cambio de vida. Los homosexuales son libres de ser, y deben saber diferenciar entre la libertad y el libertinaje. Lo mismo para los heterosexuales, son libres de aceptar a los gays y deber saber diferenciar y entender el mensaje de la Biblia inclusivo y los comportamientos de otra índole.

Imagino a Pablo o a Pedro discutiendo y defendiendo el evangelio de Jesús ante los ortodoxos judíos de principios de siglo. Imagino a los primeros predicadores del evangelio tratando de poner la atención a favor del evangelio sin des-meritar las costumbres culturales de los primeros creyentes. Imagino lo difícil que fue para Pablo dejar de disfrutar de algunos placeres humanos solo para dar ejemplo a los in-converso del poder de someter su conciencia al servicio del evangelio. Para ellos fueron más importantes los in-conversos, que llegaran al cristianismos y al conocimiento de este por medio de un buen ejemplo, dejando a un lado los inofensivos placeres humanos. Toda esta interpretación se desmereció con los años, las iglesias por muchos años impusieron prohibiciones a sus feligreses, algunas absurdas… sin saber que debían predicar con amor y tomar acción con amor para el in-conversos o el de malos hábitos.
Para rescatar la esencia del evangelio de Jesucristo y hacer efectivo su valor es necesario olvidar el amor propio hacia la iglesia moderna y la sobre protección de su tradición. ¿De qué sirve una iglesia “modelo” si se pierde lo esencial? Dios es amor y su mensaje es para todo ser humano, aunque no lo parezca para sectores que se sienten así mismos privilegiados.

Una iglesia que sigue el buen ejemplo debe ver a sus feligreses como personas, que todas tienen altas posibilidades de una conversión al cristianismo y lo logrará solo por su disposición a entender que la palabra de Dios es útil y es buena, que cada persona puede (si quiere) tener una relación única y personal con Dios, que mi relación con Dios no será necesariamente similar a la relación que tiene mi prójimo.

En los versos que leemos en 1ª. de Corintios, se determina que todas las cosas que existen en este mundo están a la disposición de todo ser humano, pero que no todas esas cosas nos resultan de provecho. La conciencia esta atrapada invariablemente a la cultura, tradición y costumbres que nos rodean. Lo que es bueno para mi, es malo para alguien, aunque la Biblia dice que todo esta permitido, debo tener la disposición de evitar las cosas que afecten o eviten que el evangelio llegue a una persona en particular, solo por el hecho de que es más importante llevar el evangelio que satisfacer mis necesidades. Parece algo difícil de hacer e incluso imposible de considerar para algunos, pero recordemos que uno de nuestros propósitos como ministros de la palabra es servir.

Yo no te voy a dar una lista de cosas que debes dejar de hacer, eso lo dejo a tu conciencia, la cual esta cautiva por las buenas costumbres, está condicionada a las cosas que son buenas para el ministerio y esta condicionada a alejarse de las cosas que no te sean de provecho.
Pero estoy seguro que tú si tienes una lista de cosas buenas y otra lista de cosas malas… Mi recomendación es que intentes tomar conciencia de tus acciones a favor de las cosas de Dios. Otra recomendación es que no trates de imponer tu conciencia de lo que es bueno o malo hacia los demás. Cada persona tiene sus propios parámetros, y la cultura social también. Dejemos que tu conciencia se ajuste voluntariamente a lo que el Espíritu Santo de Dios te permita descubrir en su palabra. Si realmente deseas que la gente de tu iglesia logre cambios positivos, entonces lo mejor es predicar con el mejor ejemplo que puedas proyectarles… tu conciencia esta cautiva en torno a una meta y a un propósito mucho mayor que el proyecto de vida que tengas. Lo mejor de todo es que los consejos que Dios nos ofrece en su palabra son para bien nuestro.

Predicar en estas condiciones que pudieran parecer tan ambiguas es toda una labor.
Hablando a in-conversos, hablando a conversos, hablando a in-conversos que se sienten conversos, hablando a fanáticos, hablando a humildes, hablando a orgullosos así como a mansos, hablando a ciegos y mudos, hablando a profetas y evangelistas… Hablando a todos estos en un mismo lugar… valla reto… pero para la palabra de Dios no hay retos, solo existe el filo de la verdad. Al leer este escrito, Dios esta trabajando en tu conciencia, diciendo algo muy trascendental para ti, es tu decisión atender a esa palabra o no. El Espíritu Santo te esta dictando los parámetros perfectos para ti, pero puede ser que tu mente te juegue sucio... ¿vas a ajustar los parámetros con los del mundo para seguir con tus malas costumbres sin tomar en cuenta a los demás?

Puede ser que el mundo y sus costumbres y diversas culturas dibujen una moral o éticas muy relativas, pero al final del día, cuando Dios habla a una persona con un alto sentido espiritual… las verdades absolutas se revelan indudablemente... y son una bendición, una guía invaluable… dichoso aquel que esta atento a lo que el Espíritu tiene por decir.

Según 1ª. de Corintios, algunos siguen tan acostumbrados a las cosas del mundo, sin tener conciencia de la contaminación de sus acciones, nosotros sabemos que son inofensivas para nosotros, pero extremo cuidado debes tener por esas personas pues aún son débiles en el evangelio, y aún no ha llegado la gracia del discernimiento o del conocimiento para ellos. Por ellos, por amor a ellos guarda tu conducta.

Nosotros como iglesia tenemos la experiencia de recibir todo tipo de comunidades, las más discriminadas han sido también las que han logrado sociedades construidas en un mundo clandestino, ocultas bajo la noche, cerradas en la intimidad de un cuarto y cautivadas por una conciencia sin ejemplos claros. Dentro de ellos y bajo precarias circunstancias se desarrollan también hábitos comunes que denigran y estigmatizan su naturaleza. Es nuestro deber velar y recuperar lo que se esta perdiendo, no de manera violenta, no usando la Biblia para sermonearles y reprocharles sus costumbres… sino más bien dejando que Dios haga la obra que halla que hacer en ellos y demostrarles a Cristo de una manera consciente y cautiva en el servicio y cumplimiento de buenas acciones.

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)