12 enero 2010

*Predicación 20.12.'09 ‘Hijo de Dios’

(Leemos Éxodo 19: 5-6) Si abrimos la biblia entre el final del antiguo testamento y el comienzo del nuevo testamento encontraremos una hoja en blanco, ese pequeño y vacío espacio bien puede ser llenado con una enorme decisión. En el caso de Dios, su decisión fue establecer un parte aguas para la humanidad entera. El plan de Dios no comenzó con un nuevo testamento o nuevo pacto, incluso el plan de Dios no podría yo medirlo en libros históricos pero acaso si podría hacerlo por medio de libros evangélicos. El plan toma forma humana en el nacimiento, vida y resurrección de Jesucristo. (Leemos Jeremías 31: 31-33)

Después de tratar de entender a Dios y sus propósitos, después de adentrarse en sus ministerios, y luego de tratar de ser una persona buena y dedicada a los asuntos de Dios, no concluyo cosa más bella que decir que es el evangelio el tesoro más sagrado de la biblia y que además de esto, es su contenido un extracto y una llave indispensable para una vida en abundancia. ¿Somos hijos de Dios? Pues no somos una credencial social, no somos en un sentido esencial solo una iglesia con un nombre. Somos una carta de Cristo, somos hijos de Dios. El nos reconoce como sus hijos, como lo hizo con Jesús, no por sus credenciales, sino por sus acciones. (Leemos 2ª Corintios 3: 1-6)

El valor del nuevo pacto de Dios basado en la sangre de Cristo que comenzó con su nacimiento predestinado y profetizado va mas allá que una identificación cristina, va mas allá de un mero discurso, idea o sermón… su valor radica en una esencia trascendental que es la salvación del alma, representa su amor para la humanidad. Las buenas nuevas de gran gozo que nos describe la Biblia “os a nacido un rey” no es solo un texto que se lee y que nos hace reflexionar, sino que es un texto con el poder de salvación. Suena tal pacto, tan conveniente. El antiguo pacto fue dado por Dios en piedra y fue desvalorizado casi instantáneamente. El nuevo pacto es desvalorado también cada navidad.

En épocas decembrinas, se tiende a justificar una seria de festejos que banalizan muchas veces la razón justa de la navidad. La esencia de ese niño que nació en belén rodeado de extrema pobreza es una historia bíblica que conocemos ya, pero es primordial encontrar un pensamiento propio en cada uno de ustedes, un pensamiento honesto y sin mentira para la siguiente pregunta…¿Qué te acerca o te mantiene en el plan de Dios? Responder con honestidad es primordial, nada malo va a pasar si la respuesta resulta banal.

Nos “conmueven” las frases o reflexiones típicas del momento, y los deseos más comunes en la población son técnicamente buenos, pero… ¿Y a la hora de practicarlos…? La verdad es que el amor y las buenas acciones las plasman quien tiene la tinta y el tintero. Después de navidad llega la celebración de un año nuevo, y la reflexión de un año viejo, puedo analizar entre actitudes buenas y otras no muy loables. Finalmente pienso en todo un conjunto de acciones y trato de discernir si la esencia del evangelio vive en mí. ¿Puedes o tienes la capacidad de discernir en tu vida también?

Dios nos regala el perdón por medio del arrepentimiento, no es malo regresar a esa página vacía, a ese lugar blanco y listo para comenzar de nuevo… pero, que solo sea uno vez y no un lugar anualmente recurrente. Dios, que no es hombre para poner su fe en el hombre, sabe amarnos, el tiene ese poder, esa gracia, ese placer. Y es totalmente capaz de sentarse con nosotros a la mesa. Nosotros fuimos creados a su imagen, a si que tenemos algo de él. Somos hijos de Dios.

Si decimos que conocemos a Dios y la esencia del evangelio, pues tratemos de comprender a Dios y demos pasos adelante, has que Dios se enorgullezca de ti y demuestra logros y avances. Tratemos de imitar su forma de amar, antepongamos ante todo y ante todos, nuestro linaje. Pondrás una sonrisa en el rostro de Dios demostrando que eres su hijos, tanto dentro de una iglesia como fuera de ella, en tu escuela, en tu trabajo, en frente de tus amigos y en frente de tus enemigos.

No digas que no puedes, que no sabes cómo o que solo eres humano. Si eres atento a un mensaje positivo, o mejor aun, si te interesas por leer la Biblia, encontraras enseñanza en la palabra de Dios, libro que sus hijos no solo saben leen, sino que lo comprenden, aplican y practica. Aun mas, la esencia del evangelio de Jesús es para salvación, una buena señal de que es real esta salvación son los buenos logros o avances, autoanaliza las acciones o palabras que dices cada vez que termina un servicio religiosa o una clase bíblica, pon en la mesa los nombres de las personas que amas o detestas, mira los lugares que visitas y lo que se hace en ellos, considera las horas que dedicas a hacer cosas buenas y contrástalas con las demás. También considera todo lo que no haces por tu iglesia o por tu comunidad. Todo eso (bueno o malo, mediano o inmóvil) es reflejo fiel de tu realidad, es espejo del efecto del nuevo pacto de Dios en ti. Si hay un efecto o no, lo veras o no reflejado en lo que dices, haces o sientes por los demás.Un análisis puede ser doloroso, pero esta consulta arrojara un diagnostico, no busques un alivio pasajero, como haces cada año, esta ocasión te exhorto ha que busques una cura.Cuando el mensaje del evangelio causa un efectivo en una persona, esta muestra cambios que se notan, también se notan las ausencias del efecto del evangelio en personas que no lo practican.

Así que no te mientas, se honesto contigo mismo, un buen diagnostico salvara ti vida. Este análisis es para ti, solo para ti y nadie más. No te pongas a pensar ahora en las acciones de los demás. Con tus acciones tienes suficiente para reflexionar.Hoy es momento de preocúpate por ti, no dejes ir un año más, no llenes estos meses con personas que no parecen cambiar, fíjate en ti… concentra tu trabajo en el evangélico de Jesús, es decir… toma acción en ti, responsabilízate en lo tuyo, predica, da testimonio, ora, alaba, etc… El mensaje es efectivo no porque tú hagas o dejes de hacer, sino porque es un asunto personal entre Dios y cada persona que abre la puerta aceptando el llamado de salvación.

Cuando nació Jesús, llego en circunstancias totalmente precarias, su ministerio se desarrollo en la crisis más baja del pueblo hebreo, pocos seres humanos reconocieron quien era él. Hoy en día no es tan diferente. Pocas personas saben quién es El, pese a los pinos que están encendidos cada noche de navidad y que decoran millones de casas.

Que Jesús no sea alguien que decora y te da una imagen o estatus cristiano, tu no necesitas una serie de foquitos brillantes para iluminar tu vida. Jesús brilla en el corazón de quienes lo aman, y quienes lo aman en verdad lo demuestran con hechos indiscutibles. De eso hechos el Padre está orgulloso de decir… -el (ella) es mi hijo (a), dice el Señor, el (ella) es hermano (a) de mi primogénito Jesús. El (ella) me ama, ama a su prójimo y toda mi ley se realiza porque cumplió con lo primero.

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)