15 abril 2010

*Predicación 28.03.'10 ‘No solo de pan vivimos’

Leemos: Mateo 4: 1-11 o Lucas 4: 1-13 Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación. Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. El tentador se le acercó y le propuso: —Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan. Jesús le respondió: —Escrito está: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: "Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna."—También está escrito: "No pongas a prueba al Señor tu Dios"—le contestó Jesús. De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor. —Todo esto te daré si te postras y me adoras. —¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: "Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él."Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle. (NVI)
Cuando Satanás puso a la vista de Jesús todos los reinos del mundo, ofreciéndoselos… Jesús no los acepto… Nosotros, que somos más dados a caer en tentaciones, si nos hubieran ofrecido algo que tanto deseamos, tal vez habríamos caído sin dudarlo. Pero Jesús no aceptó, en medio del hambre física no se rindió ni se inclinó al mundo, por atractivo que eso pareciera. Yo quiero pensar que al ver Jesús tantas naciones, no pudo evitar ver a sus habitantes… ¿Vio acaso Jesús el hambre y el grito de tantos espíritus humanos, pidiendo ayuda? La verdad es que Jesús estaba fortalecido por su alimento espiritual.

El ser humano se muere poco a poco de hambre, eso sería una noticia común en los tabloides, 820 millones de seres humanos sufren de hambre, de una población aproximada de 6,000 Millones de humanos en la tierra… de esa cantidad, se estima que 2,000 millones son de creencias cristianas, de esos… solo 600 millones son cristianos participantes. De esos 600 millones podríamos reducir otro porcentaje indefinido si pudiéramos identificar a los cristianos verdaderos… Pero de poco serviría. La pobreza extrema y el hambre en el mundo están bien identificadas y ubicadas ya, se sabe muy bien donde están y en qué países, se saben incluso las soluciones más practicas que resolverían dichos problemas, pero… el hambre sigue y crece a 23 millones por año.

Todo esto en un mundo donde los derechos humanos se afinan, donde el progreso esta en el clímax, donde la comodidad y la salud jamás fueron más adecuadas… aun así los seres humanos exigimos mas, porque sentimos miedos, sentimos inseguridades, sentimos que nos faltan cosas, que no somos plenamente felices. La sociedad actual sufre de males comunes, como el estrés, hoy en día tenemos mejor relación con una computadora que con nuestros padres. Las sociedades tambalean, son frágiles y susceptibles, no solo a catástrofes naturales. Los males comunes en los ámbitos de la pobreza han llegado a los ámbitos de la riqueza, como la violencia. La falta de agua o gasolina, traerá en el futuro graves trastornos sociales. Si de por si hoy en día ya no se ve el amor (como lo prefijo la Biblia) el futuro no es promisorio si siquiera para el buen comportamiento cristiano.

Por si fuera poco, el mundo nos entretiene con terroríficos pronósticos, un futuro aun peor. Ver tantos videos sobre el fin del mundo, oír conversaciones sobre tiempos apocalípticos, escuchar continuas noticias sobre catástrofes, estar a la expectativa de que nos toque la violencia, el robo o la discriminación…. No te permiten vivir al 100%. Nos llenamos de preguntas… ¿Por qué tanta violencia? ¿Por qué tanta pobreza? ¿Por qué tanto desamor? ¿Por qué las injusticias? ¿Por qué el abuso contra animales, contra la naturaleza? ¿Por qué no hacemos todos algo?... Nuestra mente no llega muy lejos, después de hacer esas preguntas, uno se va a dormir, y mañana se repite el mismo ciclo abrumador. Despierto, Trabajo, Estudio, Comida, Reflexiono y Duermo…

¿No te han sentido a veces como una simple tuerca en el engranaje de este mundo, que nos mantiene ocupados, trabajando, haciendo y fabricando deseos mayores cada día, que ya no sabes si tus días son tuyos o son de tu empresa? Te debes a tus amigos, a tu pareja, a tus quehaceres cotidianos… que a veces ya ni los disfrutas… todo para garantizar que siempre tendrás comida en tu mesa, amigos en tus sillones, adornos inservibles en tu casa y amor en tus horas extras, sin saber que se necesita salud espiritual y mental para disfrutar tu mismo de tu vida. Comprende que estás vivo para ti, no para las cosas que tienes, que tus horas son tuyas, que tus bienes son los que Dios te pone al alcance.

¿Ya te dieste cuenta porque el fracaso de los seres humanos en general? Si en el mundo hay 820 millones de hambrientos que esperan ser salvados por un porcentaje mucho mayor de hambrientos espirituales… eso nunca va a pasar.¿Has frenado tu vida algún día para preguntarte… ¿que estas haciendo, cual es tu papel en este mundo? ¿Eres un simple espectador contaminante o un simple restaurador viviente? Aunque pareciera que no puedes hacer nada para resolver los más grandes problemas de la humanidad, que te ponen a pensar con suspiros de aflicción… no te pierdas. Existe algo que si puedes hacer, y eso es mantener tu espíritu fuerte.

¿Cuántos de esos 600 millones de cristianos practicantes, son realmente practicantes?si lo fueran no habrían 820 millones de hambrientos en el mundo, a lo menos 220. ¿Nadie tiene completa satisfacción en Jesucristo?Lo que él nos ofrece es agua viva, el pan de vida.¿Cuánto de eso comemos, o cuanto de eso administramos? No crean, somos convenencieros… pactamos con el mundo miles de acuerdos diariamente en pro de nuestra sobrevivencia, feroz en algunos países mas que en otros, competitivo más que en otros según las clases y las posiciones sociales… Y luego pactamos con Dios algo espiritual, que termina por rellenar los huecos que el mundo no puede cubrir. ¿Es así como hacen los cristianos practicantes modernos? Rellenan sus necesidades espirituales con la iglesia o religión de moda a la carta, con las reflexiones que navegan en internet. ¿Son eso el “alimento” espiritual que consumen?

…como cuando comemos un emparedado y le cortamos las orillas, o sea, la fibra. Le cortamos lo mejor a la palabra de Dios… Como eternos niños, debemos ser alimentados con cosas sanas y bien seleccionadas. Ya no es Dios el que nos provee de los días, ahora es el capitalista que nos regala horas, el mundo nos regala otras horas… y las restantes son las que nos quedan para al menos relajarnos y buscar un momento espiritual. Ese momento es corto, por lo tanto debe ser sublime, total, completo, retacado y muy nutrido... pues será poco. Pero no, el mejor momento de relax lo cambiamos al sintonizar la televisión, que es la nana de la familia.

- ¿Cada cuándo comes?
Si tenemos tiempo para el alimento del espíritu… No todos comen tres veces al día ni cada día de la semana. Algunos reservan un tiempo de oración, un momento de lectura, otros aparte de eso… solo se conforman con un par de reuniones religiosas a la semana, donde nos alimentan como a niños de cuna. En el buffet dominical hay platillos variados.

- Vamos a reducir la ingesta:
Ahora imagínate si ese poco tiempo de espiritualidad no es de alta calidad, o es un producto caduco, cansado, robado, distraído, indiferente, de mala calidad, falso.¿Qué nos queda pues como alimento espiritual? La paja, el bofe, como el que come la suela de un zapato, o se hace un café con el calcetín de siempre.

- Reduzcamos la ingesta aun más:
Súmale a todo esto algo más trascendental: ubiquémonos en el mapamundi, somos de los hambrientos o de los que dan alimento. Esta fabulosa verdad es por de mas para despertarnos en la realidad. De hecho no eres capaz de preparar tus alimentos, sino que dependes de alguien para que te los de en la boca. Imagínate el estado espiritual de esta persona cuando sea huérfano de amigos, huérfano de familia o huérfano de iglesia, huérfano de libros o huérfano del Internet.

No es mi meta hacerte sentir mal, por el contrario… conocer tu condición como comensal es determinante para proseguir, avanzado a niveles más altos, a metas más firmes… para ello necesitamos estar fuertes y bien alimentados.
Puedo definir varios tipos de desordenes alimenticios espirituales.
- Los hambrientos – que al encontrar el alimento espiritual lo aprovechan todo.
- Los hambreados – insufribles, que se gozan en tener hambre, solo comen por comer.
- Los tragones – devoran todo lo que se les pone en la mesa. No importa el alimento.
- Los bulímicos - Consumen altas cantidades de conocimiento, pero no lo llevan a cabo jamás.
- Los anoréxicos - No muestran interés por la palabra, no leen ni participan… huyen del compromiso, o le temen al éxito ministerial.
- Los que se ponen a dieta – Han decidido ellos mismos lo que es bueno y lo que no, como alimento.
- Los que dicen: “ahí va un avión cargado, cargado de…” - que pretender ser alimentados pero es pura actuación. Engañan su deseo de alimento o lo disfrazan para consumirlo.
- Los catadores – quienes suelen presumir de tener la palabra correcta, usualmente la correcta nunca es la que escuchan de otros ministros.

En estas categorías, solo nos conviene estar en la primera… el hambre por la palabra no es dañina para el espíritu, siempre y cuando se satisfaga dicha necesidad. Jeremías 15:16 dice: Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor, Dios Todopoderoso.

Cuando Jesús fue tentado… no estaba hambreado, se preparó para pasar hambre física, se llenó del Espíritu Santo… no solo de pan vive el hombre. En una condición espiritual sana, no hay males que afecten a nadie, no cae en tentaciones fácilmente, no pasa confusiones, no es presa del pecado ni es fácilmente engañado, no se hunde en depresiones ni lo angustian los encabezados periodísticos.

Todos, sin excepción alguna, hemos dejado a un lado el pan de vida, nos hemos sujetado al mundo y a sus condiciones, pero debemos reemplazar la comida chatarra del mundo por las enseñanzas de Dios, todos somos susceptibles o somos atraídos por las banalidades del mundo, la atracción fatal o el imán es fuerte… dicen, pero eso lo dicen solo los que no tienen fuerza de voluntad, la fuerza que da el alimento espiritual.

¿Cómo podemos saber si tenemos real hambre espiritual o solo somos víctimas del snack de moda?Reflexiona en las siguientes ideas:

- Cuando vas a un estudio bíblico, aprendes y practicas las lecciones.
(lo aplicas y prácticas en ti)

- Te apasionas por leer la Biblia, desearías poder compartirla con otros.
(ojo, no hablo del Discovery Channel, ni la gorrosa cadena por correo electrónico)

- Comprendes que los sermones dominicales son para ti.
(no para el hermano de al lado, ni para el que ese día no asistió)

- Sabes seleccionar entre palabra de Dios y palabra del predicador.
(ya distingues entre evangelios, salmos, profecías, etc.)

- Elijes tu alimento, basado en lo que es bueno para ti y los demás.
(ya te ves como parte del cuerpo de Cristo)

- No elijes tu alimento basado en lo que solo te sirve y es útil solo a ti.
(ya te vez como parte del reino de Dios, no del mundo)

- Lo que te predican los demás te redarguye.
(toda palabra de Dios es útil… )

- Lo que te predican los demás no te ofende ni te hace sentir mal, antes bien te hace reflexionar.

Con las pocas horas que el mundo nos “regala” para comer… aprovechemos al máximo los estudios bíblicos a nuestro alcance, los momentos de lecturas, y los servicios religiosos. Los sermones son sobre todo un momento donde tu alimento está en juego. Por sobre todo está el fruto de la comida espiritual…
¿Te alimenta y te hace fuerte o… es sonido hueco en tu corazón?

Para quienes van a este próximo retiro espiritual SdeC Abril del 2010
Es el momento perfecto para alimentarnos. Aplica los principios básicos que aquí les ofrecí:
- Yo voy a alimentarme… los demás que administren su alimento.
- Yo voy a retirarme para alimentarme (deja la ciudad atrás, que solo te da comida chatarra)
- Yo voy a comer alimento sano.
- Yo voy a nutrirme, a recuperarme, a incrementar mi fuerza…Gracias al alimento que me espera.
- Yo voy a compartir la mesa con mis hermanos, que gozo es comer la palabra juntos.
- Yo voy a ofrecer alimento, compartiré y alimentaré según Dios lo permita.
- Yo voy con la plena convicción de que lo que aprenda cambiará mi vida para bien.
DLB
atte: C.zar

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)