16 agosto 2011

Predicación 07.08.2011: ‘David contra Goliat’


...quiero compartir contigo una historia muy conocida, pero que nunca está de más recordarla y extraer sus enseñanzas. Como dice el Apóstol Pablo “ Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad”. Filipenses 3:1(NVI).
Se trata de la historia de David contra a Goliat, el gigante que medía casi 3 metros de altura. Este gigante del ejercito filisteo se presentaba frente a los israelitas para desafiarlos a pelear contra él, quien le ganara ganaba la guerra. Pero sucede que todos los israelitas tenían miedo y dice la Biblia que estaban consternados. El gigante los desafiaba de mañana y de tarde. Esto se repitió durante 40 días!!!

“ Un famoso guerrero, oriundo de Gat, salió del campamento filisteo. Su nombre era Goliat, y tenía una estatura de casi tres metros. Llevaba en la cabeza un casco de bronce, y su coraza, que pesaba cincuenta y cinco kilos, también era de bronce, como lo eran las polainas que le protegían las piernas y la jabalina que llevaba al hombro. El asta de su lanza se parecía al rodillo de un telar, y tenía una punta de hierro que pesaba casi siete kilos. Delante de él marchaba un escudero. Goliat se detuvo ante los soldados israelitas, y los desafió: ¿Para qué están ordenando sus filas para la batalla? ¿No soy yo un filisteo? ¿Y no están ustedes al servicio de Saúl? ¿Por qué no escogen a alguien que se me enfrente? Si es capaz de hacerme frente y matarme, nosotros les serviremos a ustedes; pero si yo lo venzo y lo mato, ustedes serán nuestros esclavos y nos servirán. Dijo además el filisteo: ¡Yo desafío hoy al ejército de Israel! ¡Elijan a un hombre que pelee conmigo! Al oír lo que decía el filisteo, Saúl y todos los israelitas se consternaron y tuvieron mucho miedo”. 1Samuel 17:4-11 (NVI).

“ El filisteo salía mañana y tarde a desafiar a los israelitas, y así lo estuvo haciendo durante cuarenta días”. 1 Samuel 17.16 (NVI).

Pero David, al llevarles alimento a sus hermanos que estaban en el ejército Israelí escuchó al filisteo. Y decidió enfrentarse con él. En el momento del enfrentamiento, luego de que Goliat lo menospreciara, David le responde:

“Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo eto Jesús nuestro Salvador.

"Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales." Efesios 6.12 (NVI).

“Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo ” 1 Corintios 15:57 (NVI).

(Escrito: Pastor Cecilio González Rivera © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis, Todas las lecturas tomadas de Nueva Versión Internacional (NVI) Copyright © 1999)

09 agosto 2011

Predicación 07.08.2011: " EL LLAMADO DEL ESPÍRITU”

Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud  y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz. Colosenses 1:19-20
A Dios le agradó habitar en Jesús en total plenitud, fue así porque el propósito de Jesús en el mundo era absoluto y su testimonio es perfecto. Algo bello que nos muestra la biblia es que Dios también habita en quienes creen en el evangelio de Jesús, si yo te lo digo y lo crees no será porque lo escuchaste de mi o de algún pastor o amigo, si lo llegas a vivir en plenitud, será porque quien te lo predicó fue el mismísimo Espíritu Santo en persona. El primero de los llamados de Dios es que desea ser tu amigo, no te ha llamado a servir como un vasallo, te llama a formar una amistad… lo que llega después es tu propia historia o testimonio como cristiano, muchas veces confundimos el llamado de Dios con el camino bien intencionado por el cual deseamos ser conducidos o llevados, tomamos nuestro auto y nos vamos. Tal vez no lo sepas, pero una relación con Dios puede ser sublime, pero casi siempre terminamos siendo un cristiano común y corriente sin mayor recorrido, en algún momento nos perdimos de la experiencia gloriosa de escuchar la voz del mismísimo Espíritu Santo. Mismo que movió la iglesia, que movió a los apóstoles y mismo que hoy mueve a pocos y afortunados creyentes.  Según la medida de esta manifestación será consecuentemente tu reacción como recipiente de su llamado.

—¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo? Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él. El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino del Padre, que me envió. Todo esto lo digo ahora que estoy con ustedes. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.  Juan 12:23-26. Cuando nació el movimiento de la fe cristiana, los seguidores de Cristo experimentaron la plenitud extrema de Dios, es decir que el espíritu humano se encontró con el Espíritu de Dios mismo, en el Pentecostés por ejemplo, pero también en muchas manifestaciones milagrosas. La dedicación humana cristiana comenzó a moverse por el Espíritu de Dios mismo, ese era el plan de Dios para su gente. Por supuesto que una manifestación espiritual no es siempre una manifestación de Dios, todo ser humano experimenta sensaciones físicas y espirituales, cuando es el alma propia la que busca, mueve y empuja una sensación espiritual esta no es una manifestación del Espíritu de Dios, sino una mera acción propia, en cambio el Espíritu Santo se manifiesta por sí mismo en un ser humano, su alma y cuerpo reaccionan de manera inesperada.

Se dice que el espíritu humano grita con gemidos inaudibles en busca de su origen santo, ese grito de clamor es tu propio llamado que clama por ser liberado, cuando el Espíritu de Dios te llama a ti, la reacción y el motivo es diferente. La voz de Dios es tan reveladora y asombrosa que el alma opaca el volumen y el cuerpo termina por consumir su propósito. Muy poca gente permite que el Espíritu Santo se desarrolle enteramente en el alma y en la carne. La pasión humana se mueve vorazmente durante toda su existencia, la voluntad humana se mueve como un automóvil,  el alma empuja su propio espíritu cuando se estancado, lo lleva donde pueda recargar su “energía” El llamado de Espíritu Santo no debe ser como el llamado de nuestro propio espíritu, pues lo que lo empuja es el alma,  pasión y psiquis humana, no cofundamos una expresión emocional con una manifestación espiritual santa.

Para ilustrar esto les daré un ejemplo, yo tengo varios amigos en el mundo del cristianismo, así como amigos en el mundo del ateísmo, hice una comparación entre uno que no cree en Dios y otro que había entregado su vida a Jesús, pero algo no funcionaba en esta ecuación, porque mi amigo ateo es una persona totalmente sana, decente, feliz y amoroso… en cambio mi amigo cristiano es vicioso, promiscuo, medio amargado, chismoso, poco amoroso y no se ve feliz. Al comparar estas dos personas me doy cuenta del alto valor del espíritu, el alma de ellos lleva al espíritu por el camino que ellos deseaban llevarla, sus cuerpos al final son solo lo visible de su comportamiento. Al final concluí que: tanto mi amigo el ateo como mi amigo cristiano habían vivido seguramente algún tipo de experiencia espiritual pero nunca una experiencia espiritual divina.

Por eso es inútil ir por la vida valorando y desvalorando a los demás, cada uno vive sus experiencias espirituales personales… lo que si será en verdad trascendental es vivir una experiencia del Santo Espiritual de Dios. Entendamos que estoy hablando del Espíritu Santo, su desarrollo en la vida de un creyente es distinto a tus experiencias espirituales personales. Y aunque no lo crean son muy pocos los que permiten una comunicación directa y poderosa con el Espíritu Santo, en algún momento el alma volquea los llamados de Dios por pensar que nos llevara por caminos dignos de un mártir, pero seguramente no es así en la mayoría de los casos, si nos comparamos con los primeros cristianos que vivieron el pentecostés y que muchos fueron sacrificados para ser carne de leones en la arena romana… tal vez perderemos un parámetro moderno del llamado de Dios para nosotros. Al día de hoy, al presente el llamado guarda básicas similitudes pero la expresión se presenta para propósitos totalmente adecuados a tu personalidad.

Con la llegada de Jesús, los primeros cristianos experimentaron un quebrantamiento de cultura y un desafío religioso, ya no está Dios lejano, ha traído Cristo su espíritu, para que de esa manera tengamos una relación con nuestro Padre celestial “Ya no los llamo servidores, sino amigosDios no nos llama a servir, nos llama a ser sus amigos, este llamado es del Espíritu Santo. Todos los demás llamados son de tu propio espíritu, dependiendo de la relación que tengas con Dios serán tus llamados. Definitivamente creo que las personas llegan a tener una relación personal con Dios, única y diferente a la de los demás (¿tan diferente como la de mis dos amigos antes mencionados? No. ) Aquí estoy hablando de una relación real, en donde el alma recibe al Espíritu de Dios y nuestro propio espíritu se regocija y alegra en su relación, al final el cuerpo reacciona físicamente. Estoy hablando de Dios mismo relacionándose contigo de esta manera única, no de la forma meramente cultural que rodea a un Dios del mundo del cristianismo únicamente.

Tenemos más de 100 registros Bíblicos de las manifestaciones del Espíritu Santo en la humanidad, Pablo decía: “Ya no soy yo quien vive, sino es Cristo quien vive en mi.” Los primeros cristianos sabían qué el Espíritu Santo conducía la iglesia, tomaban acciones junto con el Espíritu Santo, otra de sus manifestaciones fue el amor que se tenían entre ellos, “nadie decía que lo que era suyo le pertenecía,” y tenían todo en común. Contemplaban el evangelio para todo ser humano y no solo para ellos mismos. Finalmente también el espíritu les hizo experimentar el “sacrificio” físico, que significaba el testimonio contúndete de su relación con Dios.

Todo lo que estos cristianos vivieron fue movido por el Espíritu Santo, nadie los obligaba o les imponía nada. Por eso sabemos que es un testimonio que edifica la iglesia y nos alimenta hoy a nosotros, dichos ejemplos nos ponen en perspectiva a nosotros. Viendo lo que hacían, nos hace pensar ¿En verdad somos nosotros movidos por el Espíritu Santo… o solo somos el resultado de una acción espiritual personal? “-Si bien no le hacemos mal a nadie, hacemos cosas buenas (dentro de nuestras posibilidades) constituimos esta iglesia en buen estatus, y a regañadientes y sermones experimentamos la sensación “cafeinómana” de ser un cristiano común y corriente.”

Si nos comparamos como seguidores de Cristo, tal vez seriamos como unos girasoles. Una vida común como la de una hermosa planta, que nace por la creación y mano de Dios, muere por la selección y mano de Dios dejando una semilla de amor, nace de nuevo por obra de Dios y se desarrolla creciendo como un girasol que contempla y sigue la luz del sol hasta que es consumido por la muerte física, su espíritu regresa a su creador mientras su alma duerme en espera de juicio. Todos están siguiendo el llamado de su espíritu que busca a Dios sin más contemplaciones. Esto no es raro, no es malo ni es catastrófico… Es la vida de la mayoría de los cristianos, sus máximas experiencias personales o de su espíritu son cumplidas o mejor dicho “satisfechas,” en el nacer de nuevo, en su rendimiento de culto, en el bautizo y en las obras del ministerio están capitalizados sus tesoros celestiales.

Todo aquello no está mal, pero… ¿Acaso el cristiano no anhela un encuentro con Dios? Su encuentro hasta hoy ha sido con la iglesia, sus vivencias hasta hoy han sido con el espíritu propio, falta lo más divino… que el Espíritu Santo le mueva, que en adoración le llame.
Todo sector de la sociedad cristiana llega a experimentar no solo el llamado de su propio espíritu a servir a Dios, sino que es llamado por el Espíritu Santo a algo más, ese algo será poderoso y “sublime” que cambiaria el curso de su vida terrenal, es tan determinante, tan tajante, tan poco humano que ese llamado pocas veces se desarrolla en la vida de alguien común y corriente como cualquier cristiano mas del mundo, y listo… no da más.

Hay que reconocer que el movimiento del Espíritu Santo es distinto al personal, por ejemplo en los primeros cristianos, no solo experimentaron plenitud y felicidad de manera absolutamente radical también los persiguieron y sufrieron incluso el martirio, acosados por problemas reales en Roma, no puedo evitar compararnos con ellos y ver nuestra realidad y medir el grado y efecto del Espíritu Santo en nosotros, a veces parece absurdo ver como pasamos el tiempo como cristianos, como nos quejamos de las cosas más banales, como criticamos o juzgamos al prójimo, casi que hemos puesto a la iglesia a nuestro capricho y servicio, y estamos aplastados o inmóviles ante el poder de atracción que el mundo ejerce… ¿No será que somos nosotros quienes nos tapamos los oídos con los dedos justo cuando el Espíritu de Dios desea hablarnos? Imaginando lo que hará con nuestras vidas, ¿Hará lo mismo que hizo con Mateo, Juan, Pedro, Pablo? ¿Me llevará el Espíritu Santo por la misma gloria y el mismo martirio que experimentaron los primeros cristianos? ¿Deberé darlo todo?

Pero no hay por qué alarmarse con ideas falsas, veraz… El Espíritu Santo habla hoy a la iglesia, y a los cristianos de nuestra época les dice algo único. Los primeros cristianos tenían una sensibilidad propia, no es la misma que hoy vivimos los cristianos de hoy, Mateo tiene lazos profundos con sus orígenes judíos, Lucas tiene la sensibilidad del pagano o el hombre común, la agudeza del fariseo Pablo y su radical conversión esta marcada en toda su experiencia espiritual, todo lo contrario al temperamento introvertido de Juan.

El ejemplo de Pablo y el de Juan son tan distintos entre sí, a Juan le es dada una sabiduría divina revelada desde las sensaciones mas íntimas del Espíritu Santo, con Pablo es lo opuesto, es alimentada por experiencias externas. Pablo es pues ejemplo de acción, y Juan es ejemplo de la contemplación.

Dejan de si dos extremos de la forma en que se manifiesta el Espíritu de Dios. ¿Ya sabes como se manifiesta el Espíritu Santo en ti? Si es que se manifiesta ¿Cómo dirías que se manifiesta concretamente en tu vida diaria?

La religión es un asunto muy sencillo, acciones que obedecen a tu espíritu, “- yo necesito alabar a Dios, yo necesito convivir con mis hermanos, yo debo acudir, debo ir, tengo que realizar aquello o lo otro, todo esto que hago me hace sentir bien, con sus pros y contras… pero en general es algo bueno para mi vida espiritual”. Fíjate quien, estas son frases comunes y ordinaras que se escuchan entre el pueblo de Dios… y a veces hasta las decimos en plural: “tenemos hambre de ti Señor, adóramos tu nombre porque eres bueno con nosotros… etc…”
¿Dónde está el llamado del Espíritu Santo aquí? Son estas buenas acciones consecuencia del llamado propio y sano de buscar a Dios, como lo hacen los girasoles del campo. Ellos saben que esta fe les sirve, les mantiene vivos en un apacible lugar hasta que Dios mismo los lleve con seguridad a un sito aun mejor. Nada de esto es malo, pero aparte de saberte creyente, de tener fe en Dios, de saberte obediente y bautizado, de compartir la mesa con tus hermanos (as)… aparte de todo eso… ¿no te gustaría al menos por unos momentos de tu vida oír la voz de Dios sin ser interrumpido por el alma?

Lo más interesante del asunto cristiano no es lo complejo de las diversas creencias, tampoco lo es lo dogmático de la Biblia, ni lo bonito que pueden ser las experiencias religiosas, sino que el Espíritu Santo de Dios habita en nosotros y temblamos como demonios ante sus designios y nos paralizamos, algunos al grado de abandonar toda actividad religiosa, otros al grado de olvidar el sermón de hoy, algunos incluso haciendo lo contrario o lo que se espera de una vida cristiana común y corriente.

Cierra los ojos y por un momento imagínate a Dios enfrente de ti, el Dios que formó las montañas, los elementos, las millones de estrellas, la belleza de los animales o las plantas y la fabulosa obra de arte y de ingeniería biológica llamada humanidad. Este Dios que bajó de todo reino y convivió con Juan y se rebeló ante Pablo… ¿Cuál sería tu reacción inmediata ante este Dios absoluto y único? ¿No será la de huir?
No tengas miedo, el único llamado de Dios por hoy es muy sencillo y bueno… Él puede decir algo así como: “Hola… ____ tu eres mi amigo.”

El máximo testimonio de los primeros cristianos fue el martirio, o el sacrificio, derramaron su sangre, fueron sacrificados. Después de todo eso la historia del cristianismo se movió por caminos extraños, ha habido un montonal de escritos, tratados, filosofías religiosas, etc. La forma en la que el Espíritu Santo mueve a su iglesia ha ido de extremo a extremo, de Juan a Pablo. Tan es así y tanto fruto a dado el movimiento que hoy en día pareciera que el camino a una relación con Dios es innecesaria, “- ya la historia tiene suficientes mártires, ya tiene los profetas adecuados, ya cuenta con los evangelistas estrellas del escenario, ya hay quien componga las alabanzas más bellas ganadoras del grammy, ya hay de todo bendito sea Dios. Así que dirás: ¿porque adentrarme al llamado del Espíritu de Dios?”

Esta puede ser tu mentalidad, pero yo te digo que el Espíritu de Dios te está llamado a algo mayor. Si bien en el cuerpo de Cristo hay de todo y todo es diferente, hay cosas que si nos llaman a realizar todos, analiza muy bien las siguientes lecturas, veras muchos llamados, pero lo mas importante esta en letras negritas:
Leemos ROMANOS 12: 1
- Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
- Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.
- Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe; si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.


Por sobre todo el llamado del Espíritu de Dios apela al amor:
Romanos 12:9-11
- El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente. Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.

Así pues, ya para terminar… Una iglesia o tu vida puede seguir siendo avanzando con relativo movida, llevada por el empuje y determinación mental de tu espíritu personal, puede ser tu vida o tu iglesia afectada u obstaculizada por el espíritu de otros, detenida por el espíritu maligno, o bien, puede ser movida por el Espíritu Santo. El primer llamado es a la fraternidad… escuchar ese llamado primordial afinara tus oídos espirituales y dará a tu espíritu propio la alegría de oír directamente al Padre, sabiendo su voluntad sin titubear y “semper ascendens.”

Dios te bendice:

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis, Todas las lecturas tomadas de Nueva Versión Internacional (NVI) Copyright © 1999)

Lecturas previas a la predicación

Colosenses 1: 3-14
Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por todos los santos a causa de la esperanza reservada para ustedes en el cielo. De esta esperanza ya han sabido por la palabra de verdad, que es el evangelio que ha llegado hasta ustedes. Este evangelio está dando fruto y creciendo en todo el mundo, como también ha sucedido entre ustedes desde el día en que supieron de la gracia de Dios y la comprendieron plenamente. Así lo aprendieron de Epafras, nuestro querido colaborador y fiel servidor de Cristo para el bien de ustedes. Fue él quien nos contó del amor que tienen en el Espíritu.  Por eso, desde el día en que lo supimos no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual, para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en toda situación, dando gracias con alegría al Padre. Él los ha facultado para participar de la herencia de los santos en el reino de la luz. Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo en quien tenemos redención, el perdón de pecados.

Colosenses 1: 21-23ª
En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte, con tal de que se mantengan firmes en la fe, bien cimentados y estables, sin abandonar la esperanza que ofrece el evangelio.

Colosenses 1:24-28
Ahora me alegro en medio de mis sufrimientos por ustedes, y voy completando en mí mismo lo que falta de las aflicciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la iglesia. De ésta llegué a ser servidor según el plan que Dios me encomendó para ustedes: el dar cumplimiento a la palabra de Dios, anunciando el misterio que se ha mantenido oculto por siglos y generaciones, pero que ahora se ha manifestado a sus santos. A éstos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.
 A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él. Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí.

Evangelio: Juan 12:15-31
Si ustedes me aman, obedecerá mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes. No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán. En aquel día ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes. ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él. Judas (no el Iscariote) le dijo: —¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo? Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él. El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino del Padre, que me envió. Todo esto lo digo ahora que estoy con ustedes. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho. La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. Ya me han oído decirles: "Me voy, pero vuelvo a ustedes." Si me amaran, se alegrarían de que voy al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y les he dicho esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean. Ya no hablaré más con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo. Él no tiene ningún dominio sobre mí, pero el mundo tiene que saber que amo al Padre, y que hago exactamente lo que él me ha ordenado que haga.