02 octubre 2008

*Predicación 21/09/'08 “Mis verdaderas intenciones”

¡Cuantas veces hemos oído un disparate seguido de una cita Bíblica!, ¡Como si un error humano pudiera legitimarse con una verdad divina¡

En ocasiones es imprescindible citar ampliamente las escrituras, sobre todo en un estudio bíblico o cuando se quiera respaldar algún tema en discusión con hechos de la Biblia. Pero este no es el punto que me preocupa sino aquel en que mal usamos la Biblia y las escrituras con el afán de obtener un beneficio personal, ya sea físico, económicos o psicológico. 1 Pedro 2:1 1 Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia.

Un ejemplo de esto es cuando citamos algún pasaje bíblico con la intención de molestar, para ocultar lo que nosotros quisimos decir utilizamos la Biblia. Casualmente escogemos partes o versículos con referencias animales como, asnos, puercos, o defectos como torpeza, vanidad, o fallas espirituales como, apostasía, incredulidad y seguido de todo esto ponemos el infalible recurso de “en al amor de Cristo” y no dudo que El lo halla dicho con amor, pero… ¡La intención de mi corazón! ¿Que quise decir en verdad?, ¿Que quise ganar?

Aquí otra situación, cuando en evidencia de una mala acción o una acción indebida, usamos un cita bíblica para callarle la boca a alguien ya que ante la palabra de Dios toda lengua enmudece, recordemos que ese es un recurso muy viejo y asta el Diablo lo utilizo cuando quiso tentar a Jesús en el desierto, recordemos que nadie sabe más de la palabra de Dios aparte de El, que el Diablo, aunque las aplique mal. Usamos las citas bíblicas como una cortina de humo que distrae la atención de nuestra torpeza. En nombre de quien usamos la Biblia, pero recordemos, en nombre de quien, no en nombre de quien digo que las uso.

Cuando al hablar ante un público leemos toda una cita Bíblica no como un soporte sino como lo único que teníamos que decir, bastaría con decir la referencia, libro, capitulo, versículo. Es verdad, Dios nos da los recursos para que… para usarlos y es verdad, Dios nos usa, pero no somos una herramienta que después de usarse se descarta, somos re-usables, y podemos reconocer que Dios nos usa y no alguien más, cuando en ese proceso nosotros mismos somos edificados, transformados, cambiados para bien, cuando nos volvemos mejores ante los ojos de Dios y no de nuestra propia vanidad. Podríamos decir que es obra de Dios por los frutos que esta produce. ¿Que frutos hemos dado?

Cuando amontonamos citas Bíblicas que apoyen aunque sea en una palabra lo que nosotros pensamos y descartamos aquellas que las contradigan, este es un dialogo inútil, vacuo, donde además menospreciamos la misma palabra de Dios, recordemos que dos verdades juntas no hacen una verdad mas grande, no podemos soportar una verdad aislada, la Biblia es un gran libro, pues se soporta a si mismo capitulo tras capitulo desde el Génesis asta el Apocalipsis. Los silogismos no siempre son verdad. El peso de la palabra de Dios no se incrementa por la cantidad de frases sueltas que junte sobre el mismo tema. Si yo apilo un montón de libros, los puedo usar para alcanzar una caja de galletas sobre un estante, o los puedo leer y conocer y aprender su contenido. Y lo más importante, que este conocimiento lo puedo usar.

Algunas Biblias tiene una parte llamada concordancias, ustedes escogen una palabra y la busca ahí y les dirá donde encontrar esa palabra dentro de la Biblia, después armen un mensaje con todas esas partes bíblicas y en muchas ocasiones no lo podrán hacer pues algunos de los puntos no coinciden con los de otra parte por que no es la palabra sino el contexto en que se dice lo que le da fuerza, y validez.

Hace algunos días platicando con unos amigos comentábamos sobre la cita Mateo 18:17 “Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia; y si incluso a la iglesia no le hace caso, trátalo como si fuera un incrédulo o un renegado” …y decía: - hagámoslo, la Biblia lo dice. Y recordamos en ese momento que también dice el 15 y 16 »Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que"todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos" y recordé también que en Filipenses 2:21 pues todos los demás buscan sus propios intereses y no los de Jesucristo”
¿E
n beneficio de quien estamos trabajando, corrigiendo, enseñando? ¿Cual es la intención de pararme en una iglesia a predicar? Trasmitir un mensaje inspirado por Dios, para que el propósito de Dios se cumpla o trasmitir un mensaje de Dios para que se haga lo que yo quiero. Para beneplácito de Dios o mío. Cuantas veces nos hemos parado en el pulpito de una iglesia no para testificar lo grande que es Dios, sino para testificar lo grande que soy yo cuando hablo de El. Si, Dios nos glorifica, pero no para nosotros mismos, sino para El.

En el nombre de Dios se han cometido las peores atrocidades de el mundo, y las personas que utilizaron el nombre de Dios como bandera para desenfundar la espada contra sus semejantes no eran muy distintos a nosotros, es más, muchos de ellos eran verdaderos expertos y conocedores del la palabra de Dios.

En la palabra de Dios hay poder, la intención del corazón del hombre que la usa pude definir si el poder que emana de ella será para construir y crear o destruir.

Dice una frase popular, el pueblo que no conoce su historia esta destinado a repetir los mismos errores. Durante mas de 2000 años ha habido cristianos, y todos nos hemos llamado el pueblo de Dios, necesitamos conocer nuestra historia, quienes formaron a la iglesia de hoy independientemente si fueron antes o después de Martin Luthero, pues el nació hasta 1483 y la santa inquisición nació en 1184, o sea que nuestras historias son las mismas.

Esto no significa que nos culpemos de los errores del pasado, que carguemos cruces ajenas, esto es mas bien aprendamos cuales fueron sus fallas, y pongámoslas en nuestra situación actual.

Ahora a todo este conocimiento que adquiramos agreguémosle una buena intención, la cual nace del amor y no de la autocomplacencia, lastima, vanidad, etc…

En Eclesiastés 3:1 Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielonos marca un tiempo para todo, y nosotros con la mejor intención queremos que todos estemos en el mismo tiempo, pero ni la semilla germina antes quitándole la testa ni el huevo empolla más rápido subiéndole la temperatura. Pablo busco a Timoteo y Epafrodíto porque eran de su mismo animo, no porque los otros fueran malos, los busco porque ellos (más o menos) andaban en un mismo pensar. Hay semillas que les toma más germinar, no es lo mismo una leguminosa que una confiera, ni el huevo de una colibrí al de un avestruz, ni la larva de una efimeróptera a la de una chicharra. No importa si naciste en una iglesia o en un hogar cristiano o en medio de Nueva Delí, cuando Dios dice ahora, es ahora. No cuando yo quiera o el pastor quiera, recordemos: - desapeguémonos de la semilla, cuidémosla, reguémosla y dejemos que Dios ponga el crecimiento.

No te engañes, cuando le quitas la testa a la semilla no es para ayudarle a esta a germinar, es por que quieres obtener algo. Cuando descascaras un huevo viable no es para ayudarle al polluelo, reconoce tu intención, ingenuidad, vanidad, afán de reconocimiento.

Cuando lo reconozcas entonces será tu tiempo de germinar, antes serás una semilla más.

(Escrito: Gerardo V. © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)

No hay comentarios.: