10 junio 2010

*Predicación 23.05.'10 ‘La fe es un milagro.’

Cuando era muy joven no sabia explicar lo que es la fe, solo me remetía a dar una popular definición que se describe en la biblia. Mi intuición me dictaba que YO debería tener fe en Dios… pero jamás me pregunte si Dios tendría fe en mi. Es curioso como nuestra posición es siempre de mi hacia a fuera, nunca es de Dios hacia mi. ¿Que tiene Dios para mi? ¿Cómo suplirá Dios mis necesidades? Pero pregúntate también… ¿Qué puedo ofrecerle a Dios? ¿Cómo colaborare en los asunto de Dios? ¿Deseo y estoy preparado para la buena obra?Un amigo un día me decepcionó tanto que perdí la fe en el, sus actos posteriores continuaron dictando que no sería más para mí una persona de fiar, en contraste otra nueva amistad nacía en mi vida, esta persona con su actos me hacía ver que era de fiar. Finalmente entendí que la fe no se puede explicar con llanas palabras, sino que se hace con hechos. La fe va obligadamente de la mano con las obras o hechos de las personas, la fe es para el humano el pensamiento o lenguaje de sus actitudes, y las obras son para el humano la forma física que demuestra lo anterior, al menos en hechos.

Esta “actividad” de practicar la fe es una poderosa forma que tienen los creyentes de lograr cosas que jamás imaginaron. Es decir, la fe es un asunto de la acción.
Los que no practican la fe, no me van a entender, ellos son los que dudan, desconocen la clave o el secreto que logra hacer de la palabra un hecho trascendental. Son comunes las rabietas, las quejas, los nervios, la desesperación, la decepción y la desilusión. En cambio, en los que tienen fe son comunes las alegrías, el aprendizaje, los retos, la esperanza, la confianza, la dependencia, el milagro.Como en todas las religiones, la fe tiene en su haber feligreses, TODOS sin excepción alguna levantan la mano cuando se les pregunta si son personas de fe, todos creen en Jesucristo, pero solo algunos lo pueden comprobar con hechos. Es sencillo dar testimonio y presumir de capacidades ministeriales, pero lo verdaderamente autentico es que los demás den fe de lo que sus lenguas declaran. Porque su testimonio es carta ilustre de su fe. Dios ha puesto su fe en muchos seres humanos, porque todos tienen la capacidad de llevar a cabo grandes milagros por medio de la fe.

La fe en Dios logra a su vez múltiples milagros diarios. Yo no hablo de la sanidad, de la seguridad, de la estabilidad económica, aquí me refiero más a los milagros imperceptibles por los faltos de fe, los cuales al menos deben ser notorios para los que si practican la fe.

Quien tiene fe en Dios sabe mirar escalón tras escalón un avance impresionante de actitudes. Es decir, que la fe en Dios acrecienta y perfecciona a las personas que saben creer en su Dios como él lo establece. Practican la fe porque en cada paso que dan, Dios se ha manifestado y no le son indiferentes sus lecciones.

El milagro de la fe está en cada historia bíblica, sino lo has notado leamos en Hebreos 11:1-12. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar.


Y si le seguimos leyendo veríamos milagros en Moisés, la fe de sus padres, de él mismo y de su continuo trabajo, o bien veríamos la fe de Sansón, David, José, etc. Todos esos ejemplos son de personas no tan diferentes a nosotros, si el comparativo lo hacemos con la escala que mide la fe. Ellos eran humanos también, ¿Tuvieron su chance de dudar, de cambiar de opinión, de renegar, de quejarse, de buscar una confirmación?

Si fue el caso, de todos modos tuvieron su oportunidad y luego de eso continuaron con lo que seguía… No se quedaron varados ni perdidos desperdiciando sus vidas en años y años en dudas, quejas o descontentos. No, sino que su fe logro el milagro de hacer o realizar el plan de Dios y que quedo plasmado en la historia para provecho de muchos, incluidos nosotros que hoy tomamos sus ejemplos para nuestro propio crecimiento de fe.

¿Qué hay después de tener fe? Si fue una fe auténticamente de Dios, por lógica lo que sigue es un milagro, el primero es un CAMBIO en la personalidad del creyente. Cambio de actitud en la forma de amar y reaccionar ante el mundo y sus habitantes. EL CAMBIO ES POSITIVO.

¿Qué viene después de la fe y el cambio de vida? Más milagros. Siguen las buenas obras, que son un constante, no son una moda pasajera o son “obras buenas” que se dan de vez en cuando. No, son diarias.

Al final de la ecuación están los resultados; ‘tú mismo califícate’ Analiza desde el día que comenzaste a creer que Dios existía y que estaba llamando a tu corazón.
- Un día ya no dudas que Dios existe. - Lo aceptaste, según las creencias de quienes te acercaron a los pies de Cristo.
- Comenzaste a ver cambios en ti
- Comenzaste a ver a los demás con otros ojos
- Notaste un interés irresistible por ayudar a los demás
- De repente te viste envuelto en múltiples actividades religiosas
(Hasta aquí todo marcha muy bien)
- Pero ya era mucho, te viste en la necesidad de retroceder solo un poco
- Lo primordial en tu vida cambia cada año, o cada mes…
- Ya no es necesario tu afán por la iglesia
- Ya no soportabas a algunos de tus compañero, y como tu trabajo es voluntario.
- Buscas y encontraste de nuevo una forma o duda que te hace cuestionar de nuevo a Dios o a su iglesia o a sus ministros.
- Ya planeas en dejar tu ministerio, tiene que haber una forma de salir sin ser señalado como un traidor, pecador. Funciona mas ser la parte dañada.
- No hayas como salirte, ya optas por simplemente tomar la mejor de las escusas.
- Estás fuera, pero contrario a tu pensamiento, te sientes libre otra vez.
- Haz encontrado otra forma de creer en Dios que no le quita nada a tu estilo de vida.
- Eres capaz, incluso de creer en un Dios que está de acuerdo en todo con tu estilo de vida ideal.
- Llegan nuevos Dioses, nuevas filosofías o pensamientos que también se adaptan a ti.
- Un día descubres que ya eres indestructible, ya eres como Dios.

Algo paso en esta ecuación, creo que todos los hombres y mujeres de fe han pasado por algunas de estas etapas. Algunos están pasando por alguna de ellas. Es muy inteligente y astuto saber distinguir esas etapas de la vida, pero es más conveniente y sabio corregirlas. Porque la fe no lleva a esos caminos. La fe nos conduce a Dios.
- Encuentra tu camino mirando los actos de tus palabras, mirando el hecho de tus proyectos, ve el resultado de tus sueños y metas… ¿Ves algo bueno, algo excelente o algo inmejorable? Si en todo eso no vez la mano de Dios a tu lado… regresa cuanto antes.

La fe sin obras es hueca” es a veces ese triste resultado en la ecuación. Leemos Santiago 2:14-24 Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario, y uno de ustedes les dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse», pero no les da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso? Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta. Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras.» Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras. ¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan. ¡Qué tonto eres! ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril? ¿No fue declarado justo nuestro padre Abraham por lo que hizo cuando ofreció sobre el altar a su hijo Isaac? Ya lo ves: Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo. Así se cumplió la Escritura que dice: «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios. Como pueden ver, a una persona se le declara justa por las obras, y no sólo por la fe


Como buen matemático, la comprobación de un problema arroja un resultado REAL e innegable. Mi fe es hueca…porque mis hechos dictan una actitud opuesta a lo que digo creer o predicar. Siempre he dicho que un resultado por extraño que este sea no necesariamente es malo de saber. El saber lleva a la luz de la verdad una realidad plausible y lista y puesta en bandeja de plata para poder arreglarla, tratarla o mejor aun curarla.

Como cada domingo, se que la palabra de Dios llega, entra por los oídos y se deposita en las mente… pero yo pido que no busques en Dios ni en su palabra un mero alivio, como se que sentirás ahora…busca una CURA definitiva de tus males o errores.

Si tu fe es hueca, porque tus hechos son innegablemente opuestos a lo que clamas creer…pues cúrate y pídele a Dios ser ese remedio definitivo para tu actitud. Si tu fe no ha sido hueca porque lo que haces predica perfectamente lo que dices creer… Entonces no te quejes, ni dudes, ni reniegues. Una docena de milagros deben estar ocurriendo en tu vida que testifican innegablemente sobre la magnitud de la fe que has sabidos cosechar cada día a cada paso y en cada escalón.


(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)

1 comentario:

Noemi dijo...

Reciban muchas bendiciones desde El Salvador Centroamerica desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
COMPARTTO MI TESTIMONIO DE SANIDAD PARA LA GLORIA DE DIOS.