21 octubre 2013

Predicación 13.10.2013: ¨GRACIA SOBRE GRACIA¨

Existen dos lados en una moneda, nosotros tenemos la característica de conocer ambos lados, en todo conocemos lo bueno, lo malo… en el edén el hombre/mujer terminó sus días por conocer cada lado, son dos lados del Edén divididos en muerte y vida, dos son los árboles, uno de conocimiento (del bien y del mal) y el otro es el árbol de la vida. Una fuerte tentación, la del conocimiento, la desobediencia humana lo llevó a ser alejado de la vida eterna.

¨…Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron...¨
 Romanos 5:12 (NVI)
Somos adultos y conocemos ampliamente las cosas que nos hacen o podrían provocar los males del cuerpo, del alma y del espíritu. Igualmente conocemos las cosas que podrían hacernos bien. Es decir, mordemos el fruto prohibido del árbol del conocimiento, somos testigos de la muerte y hemos aceptado que moriremos también algún buen día.  Pero la vida se recupera después de la muerte.
¨… ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos.¨ 1 Corintios 15:21 (NVI) “…Sin embargo, vemos a Jesús, que fue hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber padecido la muerte. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió resulta en beneficio de todos.” Hebreros 2: 1-18 (NVI)
Gracia sobre gracia… Nosotros somos doblemente agraciados al conocer los dos lados de una moneda, sabemos porque moriremos, pero también sabemos porque resucitaremos. Es extraño, el hombre/mujer primitivo fue tentado a conocer, a tener la sabiduría, lo que lo llevó a saber que simplemente moriría por su desobediencia. Luego, en Jesús, finalmente conoce de su redención y resurrección.

Y, aunque ya no estamos en el Edén, el ser humano ha fabricado su propio edén de plástico a manera de no sentir la necesidad de un Dios. Humanos autónomas, damos vida y extendemos muerte y conocimiento, y si morimos decimos que nos hemos trasformado para auto consolarnos. Muchos disfrutan ampliamente de un bello mundo, en compañía (idónea o no) de personas, disfrutando de los bienes diarios, con deudas o sin ellas, aprendimos a trabajar y a parir, a ganar lujos y a dejar de parir. Disfrutamos aunque el mundo de cae a pedazos, disfrutamos de este edén plástico porque es lo que tenemos y hemos hecho de la humanidad. Aun dentro de una congregación, hemos trasladado estos estándares artificiales a los valores comunes de una iglesia. Hacemos una valoración general de nuestras vidas y en esencia, no pareciese que estemos fuera del Edén, sino en Las Vegas.  

Conocemos los dos lados de la moneda, tanto que tiramos la moneda al aire, y según lo que caiga elegimos cual será nuestro comportamiento diario, semanal, mensual y anual. Decidimos ampliamente “olvidando” que si tenemos vida/muerte mas redención/salvación no ha sido por méritos propios sino voluntad divina.

Uno de los versos más bellos que he leído es este: ¨De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia, pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.  “Juan 1:16 (NVI)
Muy bello, si, pero… … ¿Por qué vivimos mas a la tutela o al yugo de la gracia de los demás, nos domina la gracia del mundo, la del trabajo, la de las enfermedades, la de las deudas, la del amor y el desamor, el miedo mismo a la muerte. Actuamos bajo la gracia de Dios, pero  nos rendimos ante las realidades cotidianas, nosotros mismos producimos vida y muerte, nuestros alimentos incluso son carnes muertas, tóxicos dietéticos, citadinos y sanitarios, aceleramos los pasos de una muerte inevitable y global.

- 42,929,297 personas mueren al año en una población mundial de 7,092, 842,086.

Estamos muertos pero jugamos a estar vivos. La realidad es que el mundo gira a una velocidad impresionante, estamos obligados y condenados a convivir entre mies y putrefacción, estamos obligados a aceptar que somos nosotros los causantes. Vivimos entre riquezas y pobrezas, justicias e injusticias, amores y desamores. Es como aceptar el costo de los lujos a cuesta de las desventuras humanas. Nos hacemos de la vista gorda, pero si lo vemos de manera global, el mundo es en verdad un cementerio gigantesco.
Observa bien la foto del globo terráqueo, y veras que ene esencia es una tumba de millones y millones de personas que hoy no son más que polvo. Buscamos vida en otros planetas… ¿No será porque nos sentimos muertos desde ahora? No nos hacemos a la idea de que el Edén no existe. Se nos fue quitado, junto con la vida. Y la salvación a la que hoy tenemos acceso nos ha llegado por gracia y no por conquista.

Tu crees que morirás y resucitaras, ese es el eje de tu salvación, tú crees, tú has creído, tú te convenciste de ello en una predicación muy bonita, tú has orado y lo has creído, tu eres un convertido, tu, tu, tu. Pero…¿Por qué actúas diariamente como si no supieras todas esas cosas? Incluso, hay días en que te ves forzado a reafirmar dicha salvación, tu salvación. Es ilógico, que… siendo cristiano no ejerzas dicha creencia. Es ilógico que temas a la muerte, que estés ajeno al pecado mundial, y que te hayas acomodado tan bien a este Edén artificial.

Es importante detener la moneda en el aire, detener el mundo que gira tan veloz, desacelerar la vanidad religiosa que te invade. Es importante ubicarnos en este mundo y aceptar cual es nuestro papel en el. Observa con detenimiento, la serpiente que tentó al hombre/mujer siguen tentando con la misma intención de muerte. Ahora será muerte sobre muerte.  Donde hubo dos árboles, donde toda moneda tiene dos lados, donde hubo un engaño también habrá otro. Y ese es el engaño que ahora sufrimos después de la muerte/resurrección de Jesucristo.

El primer engaño fue el de Satanás, al tentar para que mordiera el fruto del saber, el segundo engaño es similar, Satanás te hace creer que en Jesús no hay vida, y que su fruto es una simpleza más de la vida cotidiana que tienes.  “Porque Jesús no funciona en la realidad.” El efecto primordial del fruto del conocimiento es la autonomía: “
capacidad de tomar decisiones sin intervención ajena.” Mordimos el fruto y estamos envenenados y hambrientos de verdad/mentira… eso es el conocimiento, uno que evoluciona con el paso de los años. Sabemos demasiadas cosas ya, y aun así decimos que nos falta demasiado por saber, somos insabibles, porque cada conocimiento aumenta nuestra ignorancia, nos hace pequeños e invisibles. Diminutos ante un universo infinito.

¨…Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a Jerusalén. Y en el templo halló a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, e instalados en sus mesas a los que cambiaban dinero. Entonces, haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus ovejas y sus bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero y derribó sus mesas. A los que vendían las palomas les dijo: ¡Saquen esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado? Sus discípulos se acordaron de que está escrito: «El celo por tu casa me consumirá.» Entonces los judíos reaccionaron, preguntándole:—¿Qué señal puedes mostrarnos para actuar de esta manera? —Destruyan este templo —respondió Jesús—, y lo levantaré de nuevo en tres días. —Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? Pero el templo al que se refería era su propio cuerpo. Así, pues, cuando se levantó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús. Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. En cambio Jesús no les creía porque los conocía a todos;  no necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del ser humano.
¨
 Juan 2:13-25 (NVI)

Si tuviera una tabla de la incidencia mortal de la muerte sobre la muerte, cuando la gracia sobre gracia no funciono en la población mundial, tendríamos una idea global del efecto del engaño. Hay más muertos de los que pensamos. Los que han muerto sin aceptar la gracia sobre gracia en Jesucristo no están registrados como muertos sin salvación.
Y para empeorar el panorama estadístico y ver la verdadera cara de este Edén plasto, debemos aceptar que muchos que se dicen salvos, están aun muertos. Conocer el evangelio es como un shock eléctrico, para una persona que está muriendo, el shock reanima el corazón, pero cuantos creyentes no han despertado de esa muerte, simplemente se han acostumbrado a recibir shock tras shock. ¿Estamos ministrando muertos sin causa de fe o vivos por la fe?

Muchos creyentes de la fe cristiana actúan como cristianos, otros dicen ser cristianos solo por el hecho de haber sido evangelizados, algunos de nosotros incluso podemos estar viviendo una ingenua falacia. Por lo cual hago la siguiente pregunta, la cual debe tener una respuesta incuestionable… ¿qué te hace o hizo creer en Jesucristo? Acaso te a hehco creer por medio de “Un milagro, te saco de un aprieto el Señor, te lo dijo Adela, me lo dijo el pastor, me lo inculco la familia, me lo acerco mi pareja sentimental, lo leí en la Biblia debe ser verdad, no me queda de otra, no quiero morir, no sé hacer otra cosa más que creer, simplemente lo creo y ya…“ Desecha todas esas respuestas, la única forma de creer en Jesucristo es por la acción espiritual, no es asunto del alma o de ninguno de los sentidos humanos. Los judíos pedían (o más bien exigían) señales y milagros para poder creer en Jesús, el hizo muchos milagros y no creyeron en Él, los discípulos estaban junto a Él y no creyeron en Él sino hasta tiempo después de su resurrección.
 Jesús mismo no creía en ellos.


Fíjate en la cosa más simple del conocimiento, pues sabemos los dos lados de la moneda: Por gracia de Dios sabemos que, aunque moriremos algún día tenemos por otro lado a Cristo, que nos justifica ante Dios por medio de su sangre. Dicho conocimiento puede provocar en nosotros un nivel de autonomía. Al decir que somos adultos, me refiero a que somos autosuficientes, autónomos. Administramos sabiamente nuestra propia vida. Por ejemplo, como fieles en la fe cristiana, leemos la biblia el número de horas que decidimos leerla, oramos y asistimos a congregación las veces que se ajusten necesariamente a una rutina independiente o atada por los atavíos rutinarios del mundo. Actuamos, actuamos, actuamos como cristianos, pero no actuamos ni actuaremos jamás como Cristo en esta vida terrenal. Nos condena un lado de la moneda, el otro lado nos justifica, pero no hoy, sino después, en su tiempo.

Puede ser que creas en Cristo, y pude ser que Cristo no te crea nada. ¿Cómo saber si Cristo cree en nosotros? Si te preocupa esta pregunta y no sabes la respuesta es señal de alarma…  Puede ser que las siguientes frases no las comprendas ahora, pero de cualquier formas 
léelas y tarta de asimilar la realidad:
- "
No somos cristianos, pero si somos de Cristo.” / “Cristo nos compró con su sangre, nos adoptó e hizo familia aunque nosotros actuemos aun como huérfanos¨ /  Creemos y decimos ser creyentes, pero desmentimos esa verdad con hechos que dictan lo contrario.  /  No somos buenos, somos pecadores, pero la sangre de Cristo es la que nos cubre y nos perfecciona, su sangre nos santifica ante Dios.” /  Nosotros no podemos ni podremos jamás purificarnos, no llegaremos a la estatura de Cristo con actitudes santurronas o con esfuerzos auto meritorios.” /  Dios no es corrupto, no es que acepta nuestros pecados, es que no ve pecado en nosotros por la intercesión de Jesús para nosotros.” /  Dios nos ama tanto, porque aunque fuimos tan ignorantes al morder el fruto de la sabiduría, nos regresa el fruto de la vida al ver nuestra perdición inevitable.

Por eso cuando leemos que todas las cosas por él y para él fueron hechas, también se aplica para nuestra salvación. No es nuestra salvación, es la redención que Jesús tiene para nosotros. Y por eso al mundo le parece ilógico que nosotros (aun siendo malos) seamos aceptados por Él, pero Él decide a quien justifica, limpia y adopta y el porqué, el cuándo y el cómo. Así que no es lo que tú creas, sino lo que Jesús crea de Tí. Si Dios ha tenido gracia sobre gracia para ti, no tienes nada de qué preocuparte, y si mucho porque alabarle.

Tenemos gracia sobre gracia, porque Dios nos ha dando vida en abundancia, y no me refiero a esta vida que más bien es un cuerpo que se oxida inevitablemente cada vez que respira y come, que se destruye a polvo en este mundo que es una tumba, no te acostumbres… por mucho que disfrutamos de los bienes terrenales, eso no es vida. Yo me refiero más bien a lo que dice el salmista y a lo que dice todo ser humano que tiene una fe inquebrantable. Jesús viene a dar vida, esa que vence la muerte terrenal y te lleva a la vida eternal. Cuando leas los siguiente versos, piensa en la vida eterna que Dios te da y piensa en la muerte entrena de la que has sido liberado.

“Yo amo al Señor  porque él escucha mi voz suplicante.
Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida.
Los lazos de la muerte me enredaron;  me sorprendió la angustia del sepulcro,
y caí en la ansiedad y la aflicción.
Entonces clamé al Señor: «¡Te ruego, Señor, que me salves la vida!»

El Señor es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura.
El Señor protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó.
¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el Señor ha sido bueno contigo!
Tú me has librado de la muerte, has enjugado mis lágrimas,
no me has dejado tropezar.
Por eso andaré siempre delante del Señor en esta tierra de los vivientes.
Aunque digo: «Me encuentro muy afligido», sigo creyendo en Dios.
En mi desesperación he exclamado: «Todos son unos mentirosos.»

¿Cómo puedo pagarle al Señor por tanta bondad que me ha mostrado?
¡Tan sólo brindando con la copa de salvación e invocando el nombre del Señor!
¡Tan sólo cumpliendo mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo!

Mucho valor tiene a los ojos del Señor la muerte de sus fieles.
Yo, Señor, soy tu siervo; soy siervo tuyo, tu hijo fiel; ¡tú has roto mis cadenas!
Te ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, Señor, tu nombre.
Cumpliré mis votos al Señor en presencia de todo su pueblo,
en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, oh Jerusalén.

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Salmo 116
(NVI)

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional / Imagen cortesía de ©Corbis)

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