28 octubre 2013

Predicación 27.10.2013: AUTOR DE NUESTRA LIBERACIÓN.

El alma se cree libre, única e infinita, pero ha sido engañada con el fruto mortal. Siente que es presa del cuerpo, aunque individualista y pensante es en realidad un caos de ideas que trabajan a mil por hora, no sabe o acepta la renovación, no se acostumbra con facilidad a la autoridad del espíritu.  Nuestra personalidad se encuentra entre dos fuerzas que opacan y alteran su función primaria, no sabe qué hacer junto al cuerpo y no sabe que escuchar del espíritu. Por ello hemos sido comprados a precio de sangre, el sacrificio de Jesús fue su cuerpo, receptáculo del dolor y de la alineación de toda profecía, propósito, destino, decisión y amor. Es posiblemente el alma la que decide ir o venir, arrastra el cuerpo y afecta el espíritu, sin embargo existen tiempos (cortos o larguísimos) en los que decide permanecer inerte ante la magnificencia de Dios. Solo se pude tomar conciencia del poder espiritual cuando se convierte en una totalidad de ideas y de hechos. Cuesta trabajo entregar la voluntad a Dios porque guardamos celosamente el poder sobre el cuerpo y el espíritu. Por ejemplo, podrían conmovernos los cantos que interpretamos en honor a Dios, en letra pueden ser simples frases que, cantadas con plenitud de conciencia, se vuelven una adoración al saber que no nos hemos entregado a un ser inexistente, inventado por la religión humana, sino que adoramos a un Dios creador de la vida misma quien es el autor de nuestra liberación y que dependemos de su gracia.

“Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”. 1 Ts.5: 23 (NVI)

- Siendo inteligentes, el alma se va a creer superior al cuerpo y al espíritu.
- Siendo estúpidos, el cuerpo se cree superior al alma y al espíritu.
- Siendo místicos, el espíritu se cree superior al alma y al cuerpo.
Las cosas pudiesen funcionar así en este mundo, incluso en todas las religiones conocidas.
Somos presas de la casualidad, los que no saben nada de cristianismo se hacen budistas de moda, los que no saben de salud física se vuelven enfermizos prematuros, los que no tienen conciencia de la realidad se vuelven presas de múltiples ilusiones emocionales. Sucumbimos fácilmente porque no somos libres de las ataduras del alma.

Pero todo esto es inútil ante el dominio celestial. Dios trae libertad y vida, no la que el mundo da, ni como la habías conocido antes, sino una libertad superior a la conciencia misma. Es algo fuera de este mundo, estoy hablando de una dimensión aun no contemplada por la vista humana. Es correcto que Dios es invisible, solo lo es ante esta dimensión mundana. Cuando llegue la renovación total del cuerpo y del alma, veremos a Dios en toda su plenitud porque se nos darán nuevos ojos, nuevas formas de mirar, se adaptara el cuerpo para lo celestial.

Por ahora, cada alma piensa y siente de manera individual, la única forma posible de lograr armonía y orden es la espiritual. La palabra de Dios nos exhorta a convivir en un mismo espíritu, nos dice que somos un solo cuerpo, el de Cristo. Esta es nuestra herencia, recurso del testamento que tenemos. Estamos indagando y conociendo la voluntad de Dios para la humanidad por medio de las escrituras bíblicas, por medio del trabajo ministerial que se desarrolla entre los hijos e hijas de Dios, por medio de la comprobación que causa un efecto trascendental en nosotros como iglesia. Nos damos cuenta cuando convivimos como familia, nos damos cuenta cuando otros no han logrado ser parte de esta familia, nos damos cuenta cuando se contraponen otras ideas teológicas y otros dogmas contrarias a las absolutistas.

Los que no saben nada o poco de lo suyo (del la historia, poesía, profecía y evangelio del Cristo) se hacen budistas de moda, así no funcionan el cuerpo de Cristo, así no se construye una iglesia. Aunque esté de moda el ecumenismo, no vamos a funcionar así. Nuestra herencia es la que estudiamos en la escuela dominical del cristianismo, la esculcamos, y después, cuando hemos asimilado correctamente la voluntad de Dios, cuando entregamos nuestra alma individualista, cuando tenemos conocimiento de nuestro cuerpo y cuando ponemos en función el espíritu a favor de la gracia sobre gracia… es entonces que en todo caso seríamos capaces de vislumbrar las diversas espiritualidades que rigen esta era moderna.

El mundo ha logrado amalgamar todas estas espiritualidades en una, tan peligrosamente que casi todos las aceptan como elocuentes diálogos 
aspiracionales y existenciales, no demandan nada a nadie… como el cristianismo moderno no requiere tampoco de un compromiso espiritual. Seth Godin, director de yahoo dice que "Los productos (y, añado, los servicios) se venden debido a que los consumidores compran lo que desean y no lo que necesitan. Las necesidades son prácticas y objetivas, los deseos son irracionales y subjetivos. Realmente no importa lo que se venda, la mejor forma para crecer económicamente consiste en satisfacer los deseos, no las necesidades." Por ello la sociedad ha convertido a Dios en un producto de la espiritualidad, en cuyo caso se vende según los deseos del corazón y no las necesidades espirituales. Las iglesias mas auténticas no son las más populares en el mercado porque no ofrecemos o damos lo que la gente desea (placebos y superficialidades cómodas) sino a un Dios vivo que implica de una relación íntima y en continua revelación. El autor de nuestra liberación demanda que no tengamos en poco dicha salvación.

“…Yo soy el camino, la verdad y la vida (- dice Jesús)…”Juan 14:6 (NVI) /  “…porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. ..” Hch. 4:12 (NVI) / “…¿quién podrá salvarse?...” Mt 19:25 (NVI) / “…En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido…” Ef. 1:13 (NVI) / “… Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos… Hch 16:31. (NVI) /

De aquí también la importancia de la salvación, desde el aspecto individual y comunitario.
Todos somos seres con alma, cuerpo y espíritu… la mayoría de los seres humanos son de alma individualista, de cuerpo corrupto y de espíritu dormido. Son en su mayoría las personas asépticas (carentes de las emociones ideales o de los sentimientos idóneos, carentes de compromiso.) Una minoría (por demás casi nula) de personas son propiamente espirituales, que viven el éxtasis propio de una relación íntima con Dios. La Biblia describe algunos personajes ejemplares de esta espiritualidad auténtica, sus testimonios alcanzan un nivel honorable dentro de esta escala. Nosotros tal vez no aspiramos a nada de ese éxtasis, siendo que al menos debiésemos aspirar a una relación espiritual definida, pero ni eso somos, ignoramos y no buscamos conocer a Dios en su plenitud, nos esquinamos justificados por el cliché de la torpeza humana, la imperfección, jamás seremos y desearíamos ser mártires. Solo con pertenecer al cuerpo de Cristo estamos felices, nuestro gozo si parte de nuestra salvación pero no nos atrevemos a ir al éxtasis de la espiritualidad. Somos como una parte inerte del cuerpo que insiste en no saber lo que ocurre a su alrededor.

“… Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu. Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.  Si el pie dijera: Porque no soy mano, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo.  Y si el oído dijera: Porque no soy ojo, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo.  Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del olfato? Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó.  Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito. Por el contrario, la verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios; y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a éstas las vestimos con más honra; de manera que las partes que consideramos más íntimas, reciben un trato más honroso, ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Mas así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de ella, a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros. Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él…” 1 Corintios 12:12-27 (NVI)

Al parecer todo en el cuerpo es útil, pero existe el apéndice, el cóccix y la muela de juicio que fácilmente pueden ser expulsadas del cuerpo, si nos viésemos dentro de ese cuerpo de Cristo, tal vez podríamos notar que en algunas etapas de nuestras vidas hemos sido, boca, ojos y manos, y que en otras ocasiones hemos sido pies y hombros, e incluso hemos sido panza y dientes, hígado y piel. Lo más importante es saber que ese cuerpo es UNO y que ha sido bautizado por el Espíritu y que somos parte de él, guiados por la cabeza que es Cristo. Tú como miembro de ese cuerpo has sido llamado a experimentar el éxtasis del Espíritu Santo, pero es tu decisión permanecer inerte ante ese hecho o escuchar la voz del espíritu.

Dejemos de escondernos, la santidad no se logra por méritos propios, sino que es un estatus que se nos ha concedido a todos los creyentes de la fe en Cristo. Si tú has creído, obedecido y aceptado a Cristo, ya has sido apartado con el propósito de dar testimonio de esa fe. Nuestro error es relacionar el cuerpo con los valores espirituales, es precisamente el alma engañada la que nos lleva  a determinar cero metas en el camino espiritual. Cerramos todas las puertas, nos conformamos con mirar desde una ventana entre abierta lo que hay lejos en el horizonte espiritual, lo vemos como una frontera inalcanzable. Este pesimismo tiene deshonrosas consecuencias para el cuerpo completo de Cristo, decimos que somos partes del cuerpo de Cristo que estamos ahí pero que no cumpliremos una función primordial. Pensamos que hay personas que son el corazón de la iglesia, al decirlo nos auto programamos para no ser indispensables en el cuerpo. ¿Podrá ser alguien la mano derecha de Cristo? No estoy diciendo que las personas sean útiles o no para el cuerpo, no lo digo como materia laboral, lo digo en el aspecto espiritual.

Es decir, la motivación de la espiritualidad esta en proporción a lo cerca que necesito estar de Dios, “porque lo amo, estoy enamorado de Dios y deseo estar cada día mirándole, anhelo comer tres veces al día de su palabra, tenemos interesantísimas charlas que no quiero que terminen.” Sin embargo estamos auto programados para ser simples espectadores de las expresiones espirituales, eso nos deslinda de un compromiso, no tenemos que expresar o sentir nada que comprometa nuestro propio cuerpo. El alma de un pobre creyente esta en defensa de su cuerpo, es indigente en la casa de Dios, es dependiente de un bastón llamado “excusa” para caminar, es capaz pero decide ser incapaz de volar. Dentro, en el cuerpo de Cristo, serían parte de, sin embargo se considerarían a sí mismos parte indigna.

Para buscar en el cuerpo de Cristo un diagnóstico que dé luz y cure nuestros males, debemos ser directos y buscar la raíz del mal, siendo tu el paciente, no te fíes del ejemplo en las personas, fíjate exclusivamente en ti… y mira cual es la parte que sale sobrando en tu relación con Dios, ya sea que seas un simple cristiano contemplativo o que estén buscando una relación espiritual con Dios, la siguiente lista podía dar una idea de lo que el cuerpo necesita de ti:

1 - Podrás considerarte como el APÉNDICE del cuerpo, que no tiene aparente utilidad. Es posible que en los inicios del cuerpo aspirabas a una función aun hoy no definida, y que cuando te inflamaste de orgullo, necedad y pecado, te expulsó el cuerpo como consecuencia de tu enfermiza notoriedad. Considera que fuiste llamado para algo más extraordinario que el olvido.

2 - Podrás ser como un PEZÓN MASCULINO, que llegaste a la iglesia como un comodín, estabas ahí a la expectativa de tener una función determinada, pero jamás decidiste cual sería, seguiste ahí como mero recordatorio de lo que pudo ser algún día, (servir como conducto de alimentos primarios para los bebés espirituales.) Hoy eres solo un adorno inocuo de lo que pudo ser y no es. Reconsidera que puedes ser diferente, crecer, evolucionar y renovarte, fuiste llamado para algo más extraordinario que solo estar ahí.

3 - Podrías se como el BELLO CORPORAL, que fuiste importantísimo y útil para proteger de las inclemencias de la iglesia en tiempos de angustia y frialdad. Diste calor espiritual, sigues en la iglesia, estas en el cuerpo, pero solo como algo que es percibido. Si se planea la depilación del cuerpo, estás perdido. Y es lógico… el cuerpo requiere en su renovación de la frescura y el aire de nuevas relaciones espirituales. No estorbas, estas ahí, pero si no estás da lo mismo. Considera que fuiste llamado no solo para una función superficial, puedas acrecerte de otras maneras antes de que sea tarde y termines en la basura.

4 - Podrías considerarte la MUELA DEL JUICIO, cada día que inviertes en el cuerpo eres mas y mas una molestia para el mismo, estas en la mira y te dejas sentir, claramente te ubicas en una inminente expulsión, es mas… si por ti fuera, ya estarías afuera, al menos serían felices sin tu amargosa presencia, nadie te extrañaría. Tu expulsión del cuerpo permitiría que otros que si necesitan estar en el cuerpo crezcan con facilidad y destreza. Considera que fuera del cuerpo de Cristo no hay nada imperecedero, intégrate ahora con nuevos valores y se parte del cuerpo. 

5 – Podrías ser un CÓCCIX. La última persona de la iglesia, la que se ubica hasta atrás como cola de perro. Tú creías que le dabas equilibrio al cuerpo, que eras la chispa de la vida, que eras la última coca del desierto, y el tiempo te ubico como todo lo contrario. Causas dolor solo de verte cuando la iglesia asienta su fe en actividades congregacionales y resulta que tú eres el único que no se entero de nada, que eres el único que guardo un sentimiento negativo en cada momento. Debes ser expulsado del cuerpo, por muy adelantado que te sentías. Considera que fuiste llamado para algo más extraordinario que tú mismo.

Es sencillo y simple vivir con todos estos elementos si lo que deseamos para nosotros es una relación simple y sencilla con Dios, el sabe que estas aquí y te escucha cada vez que te acercas con un alma sincera, tu cuerpo tiene demandas (agradecimientos y peticiones) y tu espíritu existe y es sin más ni menos. Se conforma con ser una diminuta flama y le es suficiente como para jamás consumirse.

Pero si tú necesitas de mucho mas, si tú anhelas la riqueza de una relación espiritual plena, si tu alma tiene hambre por los secretos de la voluntad de Dios y si necesitas que tu cuerpo se impulse en cada paso hacia los caminos del Señor, debes extraer definitivamente estas 5 características que estorban para la depuración total de tu relación con Dios. Todo se resume a qué tan intensa necesitas que sea esa relación. Todo padre o madre sabe que (aunque lo niegue) tiene hijos o hijas predilectas, así mismo hay hijos o hijas que saben que son la alegría en los ojos de sus padres, esa sensación es maravillosa. Dios es nuestro padre celestial y somos sus hijos rescatados del mundo, ¿puedes imaginar y anhelar tener una relación inmensurable con tu creador? Si la respuesta es sí… deja de imaginarla y atrévete a vivirla.

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional / Imagen cortesía de ©Corbis)

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