28 octubre 2013

Predicación 27.10.2013: AUTOR DE NUESTRA LIBERACIÓN.

El alma se cree libre, única e infinita, pero ha sido engañada con el fruto mortal. Siente que es presa del cuerpo, aunque individualista y pensante es en realidad un caos de ideas que trabajan a mil por hora, no sabe o acepta la renovación, no se acostumbra con facilidad a la autoridad del espíritu.  Nuestra personalidad se encuentra entre dos fuerzas que opacan y alteran su función primaria, no sabe qué hacer junto al cuerpo y no sabe que escuchar del espíritu. Por ello hemos sido comprados a precio de sangre, el sacrificio de Jesús fue su cuerpo, receptáculo del dolor y de la alineación de toda profecía, propósito, destino, decisión y amor. Es posiblemente el alma la que decide ir o venir, arrastra el cuerpo y afecta el espíritu, sin embargo existen tiempos (cortos o larguísimos) en los que decide permanecer inerte ante la magnificencia de Dios. Solo se pude tomar conciencia del poder espiritual cuando se convierte en una totalidad de ideas y de hechos. Cuesta trabajo entregar la voluntad a Dios porque guardamos celosamente el poder sobre el cuerpo y el espíritu. Por ejemplo, podrían conmovernos los cantos que interpretamos en honor a Dios, en letra pueden ser simples frases que, cantadas con plenitud de conciencia, se vuelven una adoración al saber que no nos hemos entregado a un ser inexistente, inventado por la religión humana, sino que adoramos a un Dios creador de la vida misma quien es el autor de nuestra liberación y que dependemos de su gracia.

“Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”. 1 Ts.5: 23 (NVI)

- Siendo inteligentes, el alma se va a creer superior al cuerpo y al espíritu.
- Siendo estúpidos, el cuerpo se cree superior al alma y al espíritu.
- Siendo místicos, el espíritu se cree superior al alma y al cuerpo.
Las cosas pudiesen funcionar así en este mundo, incluso en todas las religiones conocidas.
Somos presas de la casualidad, los que no saben nada de cristianismo se hacen budistas de moda, los que no saben de salud física se vuelven enfermizos prematuros, los que no tienen conciencia de la realidad se vuelven presas de múltiples ilusiones emocionales. Sucumbimos fácilmente porque no somos libres de las ataduras del alma.

Pero todo esto es inútil ante el dominio celestial. Dios trae libertad y vida, no la que el mundo da, ni como la habías conocido antes, sino una libertad superior a la conciencia misma. Es algo fuera de este mundo, estoy hablando de una dimensión aun no contemplada por la vista humana. Es correcto que Dios es invisible, solo lo es ante esta dimensión mundana. Cuando llegue la renovación total del cuerpo y del alma, veremos a Dios en toda su plenitud porque se nos darán nuevos ojos, nuevas formas de mirar, se adaptara el cuerpo para lo celestial.

Por ahora, cada alma piensa y siente de manera individual, la única forma posible de lograr armonía y orden es la espiritual. La palabra de Dios nos exhorta a convivir en un mismo espíritu, nos dice que somos un solo cuerpo, el de Cristo. Esta es nuestra herencia, recurso del testamento que tenemos. Estamos indagando y conociendo la voluntad de Dios para la humanidad por medio de las escrituras bíblicas, por medio del trabajo ministerial que se desarrolla entre los hijos e hijas de Dios, por medio de la comprobación que causa un efecto trascendental en nosotros como iglesia. Nos damos cuenta cuando convivimos como familia, nos damos cuenta cuando otros no han logrado ser parte de esta familia, nos damos cuenta cuando se contraponen otras ideas teológicas y otros dogmas contrarias a las absolutistas.

Los que no saben nada o poco de lo suyo (del la historia, poesía, profecía y evangelio del Cristo) se hacen budistas de moda, así no funcionan el cuerpo de Cristo, así no se construye una iglesia. Aunque esté de moda el ecumenismo, no vamos a funcionar así. Nuestra herencia es la que estudiamos en la escuela dominical del cristianismo, la esculcamos, y después, cuando hemos asimilado correctamente la voluntad de Dios, cuando entregamos nuestra alma individualista, cuando tenemos conocimiento de nuestro cuerpo y cuando ponemos en función el espíritu a favor de la gracia sobre gracia… es entonces que en todo caso seríamos capaces de vislumbrar las diversas espiritualidades que rigen esta era moderna.

El mundo ha logrado amalgamar todas estas espiritualidades en una, tan peligrosamente que casi todos las aceptan como elocuentes diálogos 
aspiracionales y existenciales, no demandan nada a nadie… como el cristianismo moderno no requiere tampoco de un compromiso espiritual. Seth Godin, director de yahoo dice que "Los productos (y, añado, los servicios) se venden debido a que los consumidores compran lo que desean y no lo que necesitan. Las necesidades son prácticas y objetivas, los deseos son irracionales y subjetivos. Realmente no importa lo que se venda, la mejor forma para crecer económicamente consiste en satisfacer los deseos, no las necesidades." Por ello la sociedad ha convertido a Dios en un producto de la espiritualidad, en cuyo caso se vende según los deseos del corazón y no las necesidades espirituales. Las iglesias mas auténticas no son las más populares en el mercado porque no ofrecemos o damos lo que la gente desea (placebos y superficialidades cómodas) sino a un Dios vivo que implica de una relación íntima y en continua revelación. El autor de nuestra liberación demanda que no tengamos en poco dicha salvación.

“…Yo soy el camino, la verdad y la vida (- dice Jesús)…”Juan 14:6 (NVI) /  “…porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. ..” Hch. 4:12 (NVI) / “…¿quién podrá salvarse?...” Mt 19:25 (NVI) / “…En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido…” Ef. 1:13 (NVI) / “… Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos… Hch 16:31. (NVI) /

De aquí también la importancia de la salvación, desde el aspecto individual y comunitario.
Todos somos seres con alma, cuerpo y espíritu… la mayoría de los seres humanos son de alma individualista, de cuerpo corrupto y de espíritu dormido. Son en su mayoría las personas asépticas (carentes de las emociones ideales o de los sentimientos idóneos, carentes de compromiso.) Una minoría (por demás casi nula) de personas son propiamente espirituales, que viven el éxtasis propio de una relación íntima con Dios. La Biblia describe algunos personajes ejemplares de esta espiritualidad auténtica, sus testimonios alcanzan un nivel honorable dentro de esta escala. Nosotros tal vez no aspiramos a nada de ese éxtasis, siendo que al menos debiésemos aspirar a una relación espiritual definida, pero ni eso somos, ignoramos y no buscamos conocer a Dios en su plenitud, nos esquinamos justificados por el cliché de la torpeza humana, la imperfección, jamás seremos y desearíamos ser mártires. Solo con pertenecer al cuerpo de Cristo estamos felices, nuestro gozo si parte de nuestra salvación pero no nos atrevemos a ir al éxtasis de la espiritualidad. Somos como una parte inerte del cuerpo que insiste en no saber lo que ocurre a su alrededor.

“… Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu. Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.  Si el pie dijera: Porque no soy mano, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo.  Y si el oído dijera: Porque no soy ojo, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo.  Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del olfato? Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó.  Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito. Por el contrario, la verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios; y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a éstas las vestimos con más honra; de manera que las partes que consideramos más íntimas, reciben un trato más honroso, ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Mas así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de ella, a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros. Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él…” 1 Corintios 12:12-27 (NVI)

Al parecer todo en el cuerpo es útil, pero existe el apéndice, el cóccix y la muela de juicio que fácilmente pueden ser expulsadas del cuerpo, si nos viésemos dentro de ese cuerpo de Cristo, tal vez podríamos notar que en algunas etapas de nuestras vidas hemos sido, boca, ojos y manos, y que en otras ocasiones hemos sido pies y hombros, e incluso hemos sido panza y dientes, hígado y piel. Lo más importante es saber que ese cuerpo es UNO y que ha sido bautizado por el Espíritu y que somos parte de él, guiados por la cabeza que es Cristo. Tú como miembro de ese cuerpo has sido llamado a experimentar el éxtasis del Espíritu Santo, pero es tu decisión permanecer inerte ante ese hecho o escuchar la voz del espíritu.

Dejemos de escondernos, la santidad no se logra por méritos propios, sino que es un estatus que se nos ha concedido a todos los creyentes de la fe en Cristo. Si tú has creído, obedecido y aceptado a Cristo, ya has sido apartado con el propósito de dar testimonio de esa fe. Nuestro error es relacionar el cuerpo con los valores espirituales, es precisamente el alma engañada la que nos lleva  a determinar cero metas en el camino espiritual. Cerramos todas las puertas, nos conformamos con mirar desde una ventana entre abierta lo que hay lejos en el horizonte espiritual, lo vemos como una frontera inalcanzable. Este pesimismo tiene deshonrosas consecuencias para el cuerpo completo de Cristo, decimos que somos partes del cuerpo de Cristo que estamos ahí pero que no cumpliremos una función primordial. Pensamos que hay personas que son el corazón de la iglesia, al decirlo nos auto programamos para no ser indispensables en el cuerpo. ¿Podrá ser alguien la mano derecha de Cristo? No estoy diciendo que las personas sean útiles o no para el cuerpo, no lo digo como materia laboral, lo digo en el aspecto espiritual.

Es decir, la motivación de la espiritualidad esta en proporción a lo cerca que necesito estar de Dios, “porque lo amo, estoy enamorado de Dios y deseo estar cada día mirándole, anhelo comer tres veces al día de su palabra, tenemos interesantísimas charlas que no quiero que terminen.” Sin embargo estamos auto programados para ser simples espectadores de las expresiones espirituales, eso nos deslinda de un compromiso, no tenemos que expresar o sentir nada que comprometa nuestro propio cuerpo. El alma de un pobre creyente esta en defensa de su cuerpo, es indigente en la casa de Dios, es dependiente de un bastón llamado “excusa” para caminar, es capaz pero decide ser incapaz de volar. Dentro, en el cuerpo de Cristo, serían parte de, sin embargo se considerarían a sí mismos parte indigna.

Para buscar en el cuerpo de Cristo un diagnóstico que dé luz y cure nuestros males, debemos ser directos y buscar la raíz del mal, siendo tu el paciente, no te fíes del ejemplo en las personas, fíjate exclusivamente en ti… y mira cual es la parte que sale sobrando en tu relación con Dios, ya sea que seas un simple cristiano contemplativo o que estén buscando una relación espiritual con Dios, la siguiente lista podía dar una idea de lo que el cuerpo necesita de ti:

1 - Podrás considerarte como el APÉNDICE del cuerpo, que no tiene aparente utilidad. Es posible que en los inicios del cuerpo aspirabas a una función aun hoy no definida, y que cuando te inflamaste de orgullo, necedad y pecado, te expulsó el cuerpo como consecuencia de tu enfermiza notoriedad. Considera que fuiste llamado para algo más extraordinario que el olvido.

2 - Podrás ser como un PEZÓN MASCULINO, que llegaste a la iglesia como un comodín, estabas ahí a la expectativa de tener una función determinada, pero jamás decidiste cual sería, seguiste ahí como mero recordatorio de lo que pudo ser algún día, (servir como conducto de alimentos primarios para los bebés espirituales.) Hoy eres solo un adorno inocuo de lo que pudo ser y no es. Reconsidera que puedes ser diferente, crecer, evolucionar y renovarte, fuiste llamado para algo más extraordinario que solo estar ahí.

3 - Podrías se como el BELLO CORPORAL, que fuiste importantísimo y útil para proteger de las inclemencias de la iglesia en tiempos de angustia y frialdad. Diste calor espiritual, sigues en la iglesia, estas en el cuerpo, pero solo como algo que es percibido. Si se planea la depilación del cuerpo, estás perdido. Y es lógico… el cuerpo requiere en su renovación de la frescura y el aire de nuevas relaciones espirituales. No estorbas, estas ahí, pero si no estás da lo mismo. Considera que fuiste llamado no solo para una función superficial, puedas acrecerte de otras maneras antes de que sea tarde y termines en la basura.

4 - Podrías considerarte la MUELA DEL JUICIO, cada día que inviertes en el cuerpo eres mas y mas una molestia para el mismo, estas en la mira y te dejas sentir, claramente te ubicas en una inminente expulsión, es mas… si por ti fuera, ya estarías afuera, al menos serían felices sin tu amargosa presencia, nadie te extrañaría. Tu expulsión del cuerpo permitiría que otros que si necesitan estar en el cuerpo crezcan con facilidad y destreza. Considera que fuera del cuerpo de Cristo no hay nada imperecedero, intégrate ahora con nuevos valores y se parte del cuerpo. 

5 – Podrías ser un CÓCCIX. La última persona de la iglesia, la que se ubica hasta atrás como cola de perro. Tú creías que le dabas equilibrio al cuerpo, que eras la chispa de la vida, que eras la última coca del desierto, y el tiempo te ubico como todo lo contrario. Causas dolor solo de verte cuando la iglesia asienta su fe en actividades congregacionales y resulta que tú eres el único que no se entero de nada, que eres el único que guardo un sentimiento negativo en cada momento. Debes ser expulsado del cuerpo, por muy adelantado que te sentías. Considera que fuiste llamado para algo más extraordinario que tú mismo.

Es sencillo y simple vivir con todos estos elementos si lo que deseamos para nosotros es una relación simple y sencilla con Dios, el sabe que estas aquí y te escucha cada vez que te acercas con un alma sincera, tu cuerpo tiene demandas (agradecimientos y peticiones) y tu espíritu existe y es sin más ni menos. Se conforma con ser una diminuta flama y le es suficiente como para jamás consumirse.

Pero si tú necesitas de mucho mas, si tú anhelas la riqueza de una relación espiritual plena, si tu alma tiene hambre por los secretos de la voluntad de Dios y si necesitas que tu cuerpo se impulse en cada paso hacia los caminos del Señor, debes extraer definitivamente estas 5 características que estorban para la depuración total de tu relación con Dios. Todo se resume a qué tan intensa necesitas que sea esa relación. Todo padre o madre sabe que (aunque lo niegue) tiene hijos o hijas predilectas, así mismo hay hijos o hijas que saben que son la alegría en los ojos de sus padres, esa sensación es maravillosa. Dios es nuestro padre celestial y somos sus hijos rescatados del mundo, ¿puedes imaginar y anhelar tener una relación inmensurable con tu creador? Si la respuesta es sí… deja de imaginarla y atrévete a vivirla.

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional / Imagen cortesía de ©Corbis)

21 octubre 2013

Predicación 13.10.2013: ¨GRACIA SOBRE GRACIA¨

Existen dos lados en una moneda, nosotros tenemos la característica de conocer ambos lados, en todo conocemos lo bueno, lo malo… en el edén el hombre/mujer terminó sus días por conocer cada lado, son dos lados del Edén divididos en muerte y vida, dos son los árboles, uno de conocimiento (del bien y del mal) y el otro es el árbol de la vida. Una fuerte tentación, la del conocimiento, la desobediencia humana lo llevó a ser alejado de la vida eterna.

¨…Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron...¨
 Romanos 5:12 (NVI)
Somos adultos y conocemos ampliamente las cosas que nos hacen o podrían provocar los males del cuerpo, del alma y del espíritu. Igualmente conocemos las cosas que podrían hacernos bien. Es decir, mordemos el fruto prohibido del árbol del conocimiento, somos testigos de la muerte y hemos aceptado que moriremos también algún buen día.  Pero la vida se recupera después de la muerte.
¨… ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos.¨ 1 Corintios 15:21 (NVI) “…Sin embargo, vemos a Jesús, que fue hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber padecido la muerte. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió resulta en beneficio de todos.” Hebreros 2: 1-18 (NVI)
Gracia sobre gracia… Nosotros somos doblemente agraciados al conocer los dos lados de una moneda, sabemos porque moriremos, pero también sabemos porque resucitaremos. Es extraño, el hombre/mujer primitivo fue tentado a conocer, a tener la sabiduría, lo que lo llevó a saber que simplemente moriría por su desobediencia. Luego, en Jesús, finalmente conoce de su redención y resurrección.

Y, aunque ya no estamos en el Edén, el ser humano ha fabricado su propio edén de plástico a manera de no sentir la necesidad de un Dios. Humanos autónomas, damos vida y extendemos muerte y conocimiento, y si morimos decimos que nos hemos trasformado para auto consolarnos. Muchos disfrutan ampliamente de un bello mundo, en compañía (idónea o no) de personas, disfrutando de los bienes diarios, con deudas o sin ellas, aprendimos a trabajar y a parir, a ganar lujos y a dejar de parir. Disfrutamos aunque el mundo de cae a pedazos, disfrutamos de este edén plástico porque es lo que tenemos y hemos hecho de la humanidad. Aun dentro de una congregación, hemos trasladado estos estándares artificiales a los valores comunes de una iglesia. Hacemos una valoración general de nuestras vidas y en esencia, no pareciese que estemos fuera del Edén, sino en Las Vegas.  

Conocemos los dos lados de la moneda, tanto que tiramos la moneda al aire, y según lo que caiga elegimos cual será nuestro comportamiento diario, semanal, mensual y anual. Decidimos ampliamente “olvidando” que si tenemos vida/muerte mas redención/salvación no ha sido por méritos propios sino voluntad divina.

Uno de los versos más bellos que he leído es este: ¨De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia, pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.  “Juan 1:16 (NVI)
Muy bello, si, pero… … ¿Por qué vivimos mas a la tutela o al yugo de la gracia de los demás, nos domina la gracia del mundo, la del trabajo, la de las enfermedades, la de las deudas, la del amor y el desamor, el miedo mismo a la muerte. Actuamos bajo la gracia de Dios, pero  nos rendimos ante las realidades cotidianas, nosotros mismos producimos vida y muerte, nuestros alimentos incluso son carnes muertas, tóxicos dietéticos, citadinos y sanitarios, aceleramos los pasos de una muerte inevitable y global.

- 42,929,297 personas mueren al año en una población mundial de 7,092, 842,086.

Estamos muertos pero jugamos a estar vivos. La realidad es que el mundo gira a una velocidad impresionante, estamos obligados y condenados a convivir entre mies y putrefacción, estamos obligados a aceptar que somos nosotros los causantes. Vivimos entre riquezas y pobrezas, justicias e injusticias, amores y desamores. Es como aceptar el costo de los lujos a cuesta de las desventuras humanas. Nos hacemos de la vista gorda, pero si lo vemos de manera global, el mundo es en verdad un cementerio gigantesco.
Observa bien la foto del globo terráqueo, y veras que ene esencia es una tumba de millones y millones de personas que hoy no son más que polvo. Buscamos vida en otros planetas… ¿No será porque nos sentimos muertos desde ahora? No nos hacemos a la idea de que el Edén no existe. Se nos fue quitado, junto con la vida. Y la salvación a la que hoy tenemos acceso nos ha llegado por gracia y no por conquista.

Tu crees que morirás y resucitaras, ese es el eje de tu salvación, tú crees, tú has creído, tú te convenciste de ello en una predicación muy bonita, tú has orado y lo has creído, tu eres un convertido, tu, tu, tu. Pero…¿Por qué actúas diariamente como si no supieras todas esas cosas? Incluso, hay días en que te ves forzado a reafirmar dicha salvación, tu salvación. Es ilógico, que… siendo cristiano no ejerzas dicha creencia. Es ilógico que temas a la muerte, que estés ajeno al pecado mundial, y que te hayas acomodado tan bien a este Edén artificial.

Es importante detener la moneda en el aire, detener el mundo que gira tan veloz, desacelerar la vanidad religiosa que te invade. Es importante ubicarnos en este mundo y aceptar cual es nuestro papel en el. Observa con detenimiento, la serpiente que tentó al hombre/mujer siguen tentando con la misma intención de muerte. Ahora será muerte sobre muerte.  Donde hubo dos árboles, donde toda moneda tiene dos lados, donde hubo un engaño también habrá otro. Y ese es el engaño que ahora sufrimos después de la muerte/resurrección de Jesucristo.

El primer engaño fue el de Satanás, al tentar para que mordiera el fruto del saber, el segundo engaño es similar, Satanás te hace creer que en Jesús no hay vida, y que su fruto es una simpleza más de la vida cotidiana que tienes.  “Porque Jesús no funciona en la realidad.” El efecto primordial del fruto del conocimiento es la autonomía: “
capacidad de tomar decisiones sin intervención ajena.” Mordimos el fruto y estamos envenenados y hambrientos de verdad/mentira… eso es el conocimiento, uno que evoluciona con el paso de los años. Sabemos demasiadas cosas ya, y aun así decimos que nos falta demasiado por saber, somos insabibles, porque cada conocimiento aumenta nuestra ignorancia, nos hace pequeños e invisibles. Diminutos ante un universo infinito.

¨…Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a Jerusalén. Y en el templo halló a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, e instalados en sus mesas a los que cambiaban dinero. Entonces, haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus ovejas y sus bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero y derribó sus mesas. A los que vendían las palomas les dijo: ¡Saquen esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado? Sus discípulos se acordaron de que está escrito: «El celo por tu casa me consumirá.» Entonces los judíos reaccionaron, preguntándole:—¿Qué señal puedes mostrarnos para actuar de esta manera? —Destruyan este templo —respondió Jesús—, y lo levantaré de nuevo en tres días. —Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? Pero el templo al que se refería era su propio cuerpo. Así, pues, cuando se levantó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús. Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. En cambio Jesús no les creía porque los conocía a todos;  no necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del ser humano.
¨
 Juan 2:13-25 (NVI)

Si tuviera una tabla de la incidencia mortal de la muerte sobre la muerte, cuando la gracia sobre gracia no funciono en la población mundial, tendríamos una idea global del efecto del engaño. Hay más muertos de los que pensamos. Los que han muerto sin aceptar la gracia sobre gracia en Jesucristo no están registrados como muertos sin salvación.
Y para empeorar el panorama estadístico y ver la verdadera cara de este Edén plasto, debemos aceptar que muchos que se dicen salvos, están aun muertos. Conocer el evangelio es como un shock eléctrico, para una persona que está muriendo, el shock reanima el corazón, pero cuantos creyentes no han despertado de esa muerte, simplemente se han acostumbrado a recibir shock tras shock. ¿Estamos ministrando muertos sin causa de fe o vivos por la fe?

Muchos creyentes de la fe cristiana actúan como cristianos, otros dicen ser cristianos solo por el hecho de haber sido evangelizados, algunos de nosotros incluso podemos estar viviendo una ingenua falacia. Por lo cual hago la siguiente pregunta, la cual debe tener una respuesta incuestionable… ¿qué te hace o hizo creer en Jesucristo? Acaso te a hehco creer por medio de “Un milagro, te saco de un aprieto el Señor, te lo dijo Adela, me lo dijo el pastor, me lo inculco la familia, me lo acerco mi pareja sentimental, lo leí en la Biblia debe ser verdad, no me queda de otra, no quiero morir, no sé hacer otra cosa más que creer, simplemente lo creo y ya…“ Desecha todas esas respuestas, la única forma de creer en Jesucristo es por la acción espiritual, no es asunto del alma o de ninguno de los sentidos humanos. Los judíos pedían (o más bien exigían) señales y milagros para poder creer en Jesús, el hizo muchos milagros y no creyeron en Él, los discípulos estaban junto a Él y no creyeron en Él sino hasta tiempo después de su resurrección.
 Jesús mismo no creía en ellos.


Fíjate en la cosa más simple del conocimiento, pues sabemos los dos lados de la moneda: Por gracia de Dios sabemos que, aunque moriremos algún día tenemos por otro lado a Cristo, que nos justifica ante Dios por medio de su sangre. Dicho conocimiento puede provocar en nosotros un nivel de autonomía. Al decir que somos adultos, me refiero a que somos autosuficientes, autónomos. Administramos sabiamente nuestra propia vida. Por ejemplo, como fieles en la fe cristiana, leemos la biblia el número de horas que decidimos leerla, oramos y asistimos a congregación las veces que se ajusten necesariamente a una rutina independiente o atada por los atavíos rutinarios del mundo. Actuamos, actuamos, actuamos como cristianos, pero no actuamos ni actuaremos jamás como Cristo en esta vida terrenal. Nos condena un lado de la moneda, el otro lado nos justifica, pero no hoy, sino después, en su tiempo.

Puede ser que creas en Cristo, y pude ser que Cristo no te crea nada. ¿Cómo saber si Cristo cree en nosotros? Si te preocupa esta pregunta y no sabes la respuesta es señal de alarma…  Puede ser que las siguientes frases no las comprendas ahora, pero de cualquier formas 
léelas y tarta de asimilar la realidad:
- "
No somos cristianos, pero si somos de Cristo.” / “Cristo nos compró con su sangre, nos adoptó e hizo familia aunque nosotros actuemos aun como huérfanos¨ /  Creemos y decimos ser creyentes, pero desmentimos esa verdad con hechos que dictan lo contrario.  /  No somos buenos, somos pecadores, pero la sangre de Cristo es la que nos cubre y nos perfecciona, su sangre nos santifica ante Dios.” /  Nosotros no podemos ni podremos jamás purificarnos, no llegaremos a la estatura de Cristo con actitudes santurronas o con esfuerzos auto meritorios.” /  Dios no es corrupto, no es que acepta nuestros pecados, es que no ve pecado en nosotros por la intercesión de Jesús para nosotros.” /  Dios nos ama tanto, porque aunque fuimos tan ignorantes al morder el fruto de la sabiduría, nos regresa el fruto de la vida al ver nuestra perdición inevitable.

Por eso cuando leemos que todas las cosas por él y para él fueron hechas, también se aplica para nuestra salvación. No es nuestra salvación, es la redención que Jesús tiene para nosotros. Y por eso al mundo le parece ilógico que nosotros (aun siendo malos) seamos aceptados por Él, pero Él decide a quien justifica, limpia y adopta y el porqué, el cuándo y el cómo. Así que no es lo que tú creas, sino lo que Jesús crea de Tí. Si Dios ha tenido gracia sobre gracia para ti, no tienes nada de qué preocuparte, y si mucho porque alabarle.

Tenemos gracia sobre gracia, porque Dios nos ha dando vida en abundancia, y no me refiero a esta vida que más bien es un cuerpo que se oxida inevitablemente cada vez que respira y come, que se destruye a polvo en este mundo que es una tumba, no te acostumbres… por mucho que disfrutamos de los bienes terrenales, eso no es vida. Yo me refiero más bien a lo que dice el salmista y a lo que dice todo ser humano que tiene una fe inquebrantable. Jesús viene a dar vida, esa que vence la muerte terrenal y te lleva a la vida eternal. Cuando leas los siguiente versos, piensa en la vida eterna que Dios te da y piensa en la muerte entrena de la que has sido liberado.

“Yo amo al Señor  porque él escucha mi voz suplicante.
Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida.
Los lazos de la muerte me enredaron;  me sorprendió la angustia del sepulcro,
y caí en la ansiedad y la aflicción.
Entonces clamé al Señor: «¡Te ruego, Señor, que me salves la vida!»

El Señor es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura.
El Señor protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó.
¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el Señor ha sido bueno contigo!
Tú me has librado de la muerte, has enjugado mis lágrimas,
no me has dejado tropezar.
Por eso andaré siempre delante del Señor en esta tierra de los vivientes.
Aunque digo: «Me encuentro muy afligido», sigo creyendo en Dios.
En mi desesperación he exclamado: «Todos son unos mentirosos.»

¿Cómo puedo pagarle al Señor por tanta bondad que me ha mostrado?
¡Tan sólo brindando con la copa de salvación e invocando el nombre del Señor!
¡Tan sólo cumpliendo mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo!

Mucho valor tiene a los ojos del Señor la muerte de sus fieles.
Yo, Señor, soy tu siervo; soy siervo tuyo, tu hijo fiel; ¡tú has roto mis cadenas!
Te ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, Señor, tu nombre.
Cumpliré mis votos al Señor en presencia de todo su pueblo,
en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, oh Jerusalén.

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Salmo 116
(NVI)

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional / Imagen cortesía de ©Corbis)