23 julio 2014

Predicación 23.03.2014: DE COMÚN ACURDO.

Esta es de por sí una predicación extraña, está inspirada en un ángel, pero no es cualquier ángel… este ángel es ejecutor de las consecuencias negativas del ser humano, la justicia de Dios es absoluta, y a su gracia estamos amparados muchos por voluntad propia, como por voluntad propia millares han decidido no habitar bajo sus alas ni aceptado la sangre de Cristo que cubre multitud de pecados.

…Y tenían sobre sí al ángel rey del abismo, cuyo nombre hebreo es ‘Abaddon’, en griego ‘Apollyon’ y en latín tiene el nombre de ‘el Exterminador.’Apocalipsis 9:11 (Vulgata)

…Un estremecimiento invade a los muertos,  a los que habitan debajo de las aguas.  Ante Dios, queda el sepulcro al descubierto;  nada hay que oculte a este destructor. Job 26:5-6 (NVI)

…Convocó entonces Moisés a todos los ancianos israelitas, y les dijo: «Vayan en seguida a sus rebaños, escojan el cordero para sus respectivas familias, y mátenlo para celebrar la Pascua. Tomen luego un manojo de hisopo, mójenlo en la sangre recogida en la palangana, unten de sangre el dintel y los dos postes de la puerta, ¡y no salga ninguno de ustedes de su casa hasta la mañana siguiente! Cuando el Señor pase por el país para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre en el dintel y en los postes de la puerta, y pasará de largo por esa casa. No permitirá el Señor que el ángel exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera. Éxodo. 12:21-23 (NVI)

… Todo eso les sucedió para servir de ejemplo, y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos. Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer. Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir. 1 Corintios 10: 11-13 (NVI)


La sangre de Cristo nos cubre y nos salva de la destrucción, pasa de largo el exterminio, Dios no ejecuta condena sobre sus hijos e hijas. Ciertamente esta verdad y esta promesa nos hacen sentirnos fuertes y seguros.  Con todo y esto, estamos obligados al pacto que Dios ha hecho con nosotros y al acuerdo que tenemos nosotros con Dios. Una tentación se manifiesta, y esta nos da señal de que la destrucción sigue latente fuera del amparo de su sangre protectora.  Yo podría cubrir mí puerta de la sangre salvadora de Cristo, pero podría no vivir dentro de esa casa y sufrir del exterminio.

Inspirado en estas escrituras, un director de cine realizó una película surrealista, donde un grupo de burgueses se ven (sin razón alguna) imposibilitados de poder salir de una casa, poco a poco van perdiendo todos los modales y desesperados comienzan a mostrar comportamientos atroces. El Ángel Exterminador. (MEX. 1962)

No podemos salir de la casa durante el exterminio.  ¿Te imaginas una semana encerrado en una casa con doce personas más? Una docena de personas, cada una con su particular carácter, pronto todos pierden la pose, todos sentirán hambre y sed, pronto algunos darán ideas para poder sobrevivir y así mismo otros argumentarán esas ideas… ¿y si dura más que una semana el encierro? Hasta los más nobles se convertirán en bestias. Unos en su locura escaparan del lugar cometiendo suicidio, otros buscarían razones y culpables para explicar tal encierro. Al final veríamos a cada quien tal y como es, probados nuestros corazones y desabrigados del mundo.   

Esta situación se puede ver dentro del hogar, en un salón de clases, en una iglesia. Superficialmente todos actuamos según las reglas sociales, pero en cuanto nos encrespan, salimos… pero no todos pueden salir de sus casas y escapar de sus padres, no todos pueden escapar de sus trabajos, no todos pueden escapar de su propio gobierno. Los que lo hacen: solteros adinerados sin apego a la familia, millonarios que las pueden todas, extranjeros exiliados y mojados que lo apuestan todo a la suerte… si, y aun ellos perderían su pose ante el exterminio. Los que viven pegados a la familia, al trabajo, al país porque no pueden o no quieren salir, se ven obligados a convivir entre sí. Y es aquí en este punto en el que se puede probar la razón verdadera por la cual somos cubiertos por la sangre de Cristo, y no salir de casa sino hasta pasado el exterminio.   

Les daré un ejemplo sencillo, esta es una carta de un personaje ficticio que vivió en casa pero que no se amparo a la sangre y no supo convivir en grupo, sino que tomo las riendas de su existencia y salió a probar suerte en la vida: 

Querido diario: ¿Soy Egipcio o soy Israelí? ¿Qué representó por fuera y que representó por dentro? Por fuera podría dar a la idea de ser una buena persona, bajo los parámetros de una sociedad ordenada que no le hace mal a nadie, pero a las primeras de cambio aflora mi verdadero yo, el que no tolera el pacto que Dios ha hecho para mí y que desobedece el acuerdo que hice con Dios antes. No deseo sentirme obligado a realizar más que los deseos propios del estilo de vida que he pintado para mi mismo… Soy del pueblo de Dios (Israelita) pero vivo en Egipto. Es decir, soy de Cristo, acepté el nuevo pacto,  pero vivo en Monterrey, una gran ciudad que tiene para mí, infinidad de estilos de vida. Para ser sincero, me siento más obligado a divertirme con mis amigos, en mi hogar y con mis padres, a mis metas personales, etc... me obligan mas esas cosas que efectuar algún servicio para el ministerio de Cristo, “al menos soy honesto” No soy como los hipócritas feligreses, que aunque no faltan un domingo a la iglesia, estoy seguro que bajo el agua y donde nadie mira harán peores cosas que yo.” No me juzguen, no soy mala persona, pero bajo circunstancias críticas…. Wow… por la histeria sería capaz de aplastar a alguien en caso de incendio, no dudaría en robar por hambre, o mentir por dinero… es decir, todos somos parte de la corrupción… ¿no es así? Pero sé que Dios no dejara que lleguen a mi tales tentaciones, porque por ahora, y gracias a que Dios me ha bendecido enormemente, tengo dinero, amor y trabajo. A mi manera alabo a Dios, no en su casa o bajo su pacto, pero si bajo el régimen de mis condiciones laborales, familiares y sociales. Después de todo, el está en todas partes, no creo que llegue a mi tal exterminio, esa es ahora mi fe. 

Esta carta refleja el momento exacto en que una persona rompe con su entorno, pero es una ilusión su escapismo. Rompe con sus padres para entrar a otro encierro, la soltería, rompe con la soltería para entrar al yugo, rompe con el yugo para entrar al divorcio, rompe con un trabajo para apegarse a otro, rompe con un amigo para atarse a otro, rompe con una religión para entrar a un estilo de vida, filosofía moderna u otra, rompe con un vicio y se hace de otro, etc… ese es el encierro del que no podrá escapar nunca por sus propios medios.

Lo ideal sería aprender a sobrevivir en su propio ambiente. En cuyo caso la meta es desarrollar valores para sobrevivir plenamente en su entorno mismo, por ejemplo la armonía, el bien y la justicia, que puede llevar a la paciencia, la honestidad y la bondad. Cero cinismos, crueldad y egoísmo. Sin embargo el mundo nos hace creer que podemos salirnos del lugar en el que no sabemos convivir, nos hace creer que podemos romper con nuestro círculo, “…¿yo no tengo porque soportar esto?...” Pero al salir vamos a otro círculo, hasta llegar al aislamiento mental y desquiciante. Así que no logrará construir algo sólido, negando y negando constantemente que estemos todos obligados a convivir como humanos, y los creyentes estamos obligados (de común acuerdo) a convivir como cristianos.

Los creyentes sabemos que solo la sangre de Cristo es la que nos reconcilia con Dios, es entonces que rompemos con todo tipo de esclavitud. En Dios se termina todo lo del mundo, las cosas viejas pasan y no se repiten eternamente como círculos. Esa es la única forma de escapar del exterminio mental que nos estresa día con día. 

“…Ya tengo mi vida cubierta con la sangre de Cristo, pero convivo con personas que no me hacen plenamente feliz. ¿Qué puedo hacer? “
1.- Considera que las personas con las que estas jamás serán como tú deseas que estas sean. 
2.- Trata de ser sincero sin ser cínico, practica la honestidad y la bondad.
3.- No trates de escapar, es inútil. Busca un punto en el que todos estén de acuerdo.   

PONGÁMONOS DE ACUERDO.
Un acuerdo es, en derecho, una decisión tomada en común por dos o más personas. También se denomina así a un pacto, tratado o resolución de organizaciones… Es la manifestación de una convergencia de voluntades con la finalidad de producir efectos vigentes. El principal efecto del acuerdo es su obligatoriedad para las partes que lo otorgan naciendo para las mismas obligaciones y derechos. Es válido cualquiera que sea la forma de su dedicación, con un objeto cierto y que no sea imposible.

Estas palabras llaman totalmente mi atención:
- Derecho (orden de la conducta humana en sociedad)
- Decisión (producto final del proceso mental-cognitivo)
- Común (de Comunidad que comparten elementos en común)
- Pacto (convenio o tratado solemne, estricto y condicional)
- Convergencia (Unión de dos o más cosas que confluyen en un mismo punto)
- Voluntades (que se expresa de forma consciente / para decidir y ordenar la propia conducta)
- Vigencia. (Periodo de tiempo en vigor o en uso)
- Obligatoriedad (de cumplir o hacer una cosa)
- Posible. (que puede ser, existir o suceder)

Nosotros hicimos un acuerdo con Dios, y él con nosotros, pero también resulta que mientras se efectúan por completo los tiempos de su palabra, debemos estar en esta casa, de la cual no tendría sentido huir. Tomemos en cuenta una cosa, la salvación que se efectúa en Cristo no es solamente contra el exterminio, también causa su sangre un efecto entre nosotros al momento de que cohabitan en un mismo sitio. 

“…El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. 18 Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras.” 1 Tesalonicenses 4:16-18 (NVI)

Si crees que estas en Cristo, cubierto por su sangre y bajo su techo quiere decir que existe en ti el ánimo y la espera. Quienes están a tu lado podrían percibir ese ánimo en ti. De no ser así, tu o las personas que están a tu lado están huyendo del amparo de esa sangre y el desánimo junto con la indiferencia crecen silenciosas, construyendo un fundamento arenoso opuesto al de Cristo. Dicho de otra forma, todos los que se alejan de Cristo (mucho, poco o más o menos) están técnicamente fuera de Cristo, están en contra misma de Cristo o jamás han sido de Cristo.

Aun cubiertos con la sangre de salvación, todo llega a nuestra puerta, como una fuerte tentación que nos puede decir: “aléjate… ya has tenido suficiente, ya eres salvo… relájate y piérdete…ven afuera… lejos de su sangre.” ¡Que miedo! Pero no… las tentaciones son extremadamente sutiles, disfrazadas de verdad, bienestar y alegría…  son como un imán difícil de ignorar, nos llama el mundo tan intensamente que opaca cualquier servicio o ministerio. Pronto le hacemos el feo a la iglesia y a sus files, su compañía no solo es indeseable, también es fanática e hipócrita. En el momento menos pensado ya estas fuera del amparo celestial, confundes los bienestares materiales, familiares y laborales con bendiciones. Pero debes saber que las bendiciones son bienes que conllevan un propósito para el orden celestial, en cambio los bienes terrenales solo traen consigo bienestares perecederos. De ellos no podríamos darnos cuenta sino hasta pasado el exterminio, donde se consumirá todo, menos las cosas y personas que el destructor no podrá tocar por causa de Jesucristo.

La intención de esta predicación no es en lo absoluto asustar a nadie, por el contrario, el apóstol Pablo dice que estas palabras deben causar ánimo entre nosotros, en todo caso la intención es remover la conciencia humana, principalmente porque bajo las cotidianidades del mundo y nuestros caminares, llegamos a avanzar tanto y tan lejos que pasamos por alto que el lugar que estamos pisando no es casa de Dios, ni es habitación de consagrados, podemos no saber que estamos saliendo de la puerta y que estaremos expuestos a fuerzas que no tienen propósitos imperecederos.  

El ángel del abismo, conocido en la Biblia como ‘Abaddon’ tiene la facultad de destruir, comienza desencadenando plagas, una a una… al principio una plaga podría ser molesta y poco dañina, pero plaga tras plagar tras plaga tras plaga… la sensación es insoportable. Sin embrago incluso la muerte huira de la humanidad. Nadie que haya vivido o viva fuera de Cristo o lejos de la puerta consagrada con su sangre, podrá salir de eso. Si hoy el mundo nos ha hecho des-holgados y que libremente podemos aislarnos de quien es una plaga para nuestra vida. El orgullo humano será puesto frente a una pared irremediable. Aunque suene a cliché religioso… diré que hoy y todos los días es momento de practicar una vida cubierta todo el tiempo y en todo lugar bajo la sangre de Cristo.

DTB.

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional / Imagen cortesía de ©Corbis)


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