Esta es de por sí una predicación extraña, está
inspirada en un ángel, pero no es cualquier ángel… este ángel es ejecutor de
las consecuencias negativas del ser humano, la justicia de Dios es absoluta, y
a su gracia estamos amparados muchos por voluntad propia, como por voluntad
propia millares han decidido no habitar bajo sus alas ni aceptado la sangre de
Cristo que cubre multitud de pecados.
…Y tenían sobre sí al ángel rey del abismo, cuyo
nombre hebreo es ‘Abaddon’, en griego ‘Apollyon’ y en latín tiene el nombre de
‘el Exterminador.’Apocalipsis
9:11 (Vulgata)
…Un estremecimiento invade a los muertos,
a los que habitan debajo de las aguas. Ante Dios, queda el sepulcro
al descubierto; nada hay que oculte a este destructor. Job 26:5-6 (NVI)
…Convocó entonces Moisés a todos los ancianos
israelitas, y les dijo: «Vayan en seguida a sus rebaños, escojan el cordero
para sus respectivas familias, y mátenlo para celebrar la Pascua. Tomen
luego un manojo de hisopo, mójenlo en la sangre recogida en la palangana, unten
de sangre el dintel y los dos postes de la puerta, ¡y no salga ninguno de
ustedes de su casa hasta la mañana siguiente! Cuando el Señor pase por el
país para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre en el dintel y en los
postes de la puerta, y pasará de largo por esa casa. No permitirá el Señor que
el ángel exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera. Éxodo. 12:21-23 (NVI)
… Todo eso les sucedió para servir de
ejemplo, y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha
llegado el fin de los tiempos. Por lo tanto, si alguien piensa que está firme,
tenga cuidado de no caer. Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea
común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean
tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la
tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir. 1 Corintios 10: 11-13 (NVI)
La sangre de Cristo nos cubre y nos salva de la
destrucción, pasa de largo el exterminio, Dios no ejecuta condena sobre sus
hijos e hijas. Ciertamente esta verdad y esta promesa nos hacen sentirnos
fuertes y seguros. Con todo y esto, estamos obligados al pacto que Dios
ha hecho con nosotros y al acuerdo que tenemos nosotros con Dios. Una tentación
se manifiesta, y esta nos da señal de que la destrucción sigue latente fuera
del amparo de su sangre protectora. Yo podría cubrir mí puerta de la
sangre salvadora de Cristo, pero podría no vivir dentro de esa casa y sufrir
del exterminio.
Inspirado en estas escrituras, un director de
cine realizó una película surrealista, donde un grupo de burgueses se ven (sin
razón alguna) imposibilitados de poder salir de una casa, poco a poco van
perdiendo todos los modales y desesperados comienzan a mostrar comportamientos
atroces. El Ángel Exterminador. (MEX. 1962)
No podemos salir de la casa durante el exterminio. ¿Te imaginas una semana encerrado en una
casa con doce personas más? Una docena de personas, cada una con su particular
carácter, pronto todos pierden la pose, todos sentirán hambre y sed, pronto
algunos darán ideas para poder sobrevivir y así mismo otros argumentarán esas
ideas… ¿y si dura más que una semana el encierro? Hasta los más nobles se
convertirán en bestias. Unos en su locura escaparan del lugar cometiendo suicidio,
otros buscarían razones y culpables para explicar tal encierro. Al final
veríamos a cada quien tal y como es, probados nuestros corazones y desabrigados
del mundo.
Esta situación se puede ver dentro del hogar,
en un salón de clases, en una iglesia. Superficialmente todos actuamos según
las reglas sociales, pero en cuanto nos encrespan, salimos… pero no todos
pueden salir de sus casas y escapar de sus padres, no todos pueden escapar de
sus trabajos, no todos pueden escapar de su propio gobierno. Los que lo hacen:
solteros adinerados sin apego a la familia, millonarios que las pueden todas,
extranjeros exiliados y mojados que lo apuestan todo a la suerte… si, y aun
ellos perderían su pose ante el exterminio. Los que viven pegados a la familia,
al trabajo, al país porque no pueden o no quieren salir, se ven obligados a
convivir entre sí. Y es aquí en este punto en el que se puede probar la razón
verdadera por la cual somos cubiertos por la sangre de Cristo, y no salir de
casa sino hasta pasado el exterminio.
Les daré un ejemplo sencillo, esta es una carta
de un personaje ficticio que vivió en casa pero que no se amparo a la sangre y
no supo convivir en grupo, sino que tomo las riendas de su existencia y salió a
probar suerte en la vida:
Querido diario: ¿Soy Egipcio o soy Israelí?
¿Qué representó por fuera y que representó por dentro? Por fuera podría dar a
la idea de ser una buena persona, bajo los parámetros de una sociedad ordenada
que no le hace mal a nadie, pero a las primeras de cambio aflora mi verdadero
yo, el que no tolera el pacto que Dios ha hecho para mí y que desobedece el
acuerdo que hice con Dios antes. No deseo sentirme obligado a realizar más que
los deseos propios del estilo de vida que he pintado para mi mismo… Soy del
pueblo de Dios (Israelita) pero vivo en Egipto. Es decir, soy de Cristo, acepté
el nuevo pacto, pero vivo en Monterrey, una gran ciudad que tiene
para mí, infinidad de estilos de vida. Para ser sincero, me siento más obligado
a divertirme con mis amigos, en mi hogar y con mis padres, a mis metas
personales, etc... me obligan mas esas cosas que efectuar algún servicio para
el ministerio de Cristo, “al menos soy honesto” No soy como los hipócritas
feligreses, que aunque no faltan un domingo a la iglesia, estoy seguro que bajo
el agua y donde nadie mira harán peores cosas que yo.” No me juzguen, no soy
mala persona, pero bajo circunstancias críticas…. Wow… por la histeria sería
capaz de aplastar a alguien en caso de incendio, no dudaría en robar por
hambre, o mentir por dinero… es decir, todos somos parte de la corrupción… ¿no
es así? Pero sé que Dios no dejara que lleguen a mi tales tentaciones, porque
por ahora, y gracias a que Dios me ha bendecido enormemente, tengo dinero, amor
y trabajo. A mi manera alabo a Dios, no en su casa o bajo su pacto, pero si
bajo el régimen de mis condiciones laborales, familiares y sociales. Después de
todo, el está en todas partes, no creo que llegue a mi tal exterminio, esa es
ahora mi fe.
Esta carta refleja el momento exacto en que una
persona rompe con su entorno, pero es una ilusión su escapismo. Rompe con sus
padres para entrar a otro encierro, la soltería, rompe con la soltería para
entrar al yugo, rompe con el yugo para entrar al divorcio, rompe con un trabajo
para apegarse a otro, rompe con un amigo para atarse a otro, rompe con una
religión para entrar a un estilo de vida, filosofía moderna u otra, rompe con
un vicio y se hace de otro, etc… ese es el encierro del que no podrá escapar nunca
por sus propios medios.
Lo ideal sería aprender a sobrevivir en su
propio ambiente. En cuyo caso la meta es desarrollar valores para sobrevivir
plenamente en su entorno mismo, por ejemplo la armonía, el bien y la justicia,
que puede llevar a la paciencia, la honestidad y la bondad. Cero cinismos,
crueldad y egoísmo. Sin embargo el mundo nos hace creer que podemos salirnos
del lugar en el que no sabemos convivir, nos hace creer que podemos romper con
nuestro círculo, “…¿yo no tengo porque soportar esto?...” Pero al salir vamos a
otro círculo, hasta llegar al aislamiento mental y desquiciante. Así que no logrará
construir algo sólido, negando y negando constantemente que estemos todos
obligados a convivir como humanos, y los creyentes estamos obligados (de común
acuerdo) a convivir como cristianos.
Los creyentes sabemos que solo la sangre de
Cristo es la que nos reconcilia con Dios, es entonces que rompemos con todo
tipo de esclavitud. En Dios se termina todo lo del mundo, las cosas viejas
pasan y no se repiten eternamente como círculos. Esa es la única forma de
escapar del exterminio mental que nos estresa día con día.
“…Ya tengo mi vida cubierta con la sangre de
Cristo, pero convivo con personas que no me hacen plenamente feliz. ¿Qué puedo
hacer? “
1.- Considera que las personas con las que
estas jamás serán como tú deseas que estas sean.
2.- Trata de ser sincero sin ser cínico,
practica la honestidad y la bondad.
3.- No trates de escapar, es inútil. Busca un
punto en el que todos estén de acuerdo.
PONGÁMONOS DE ACUERDO.
Un acuerdo es, en derecho, una decisión
tomada en común por dos o más personas. También se denomina así a un pacto,
tratado o resolución de organizaciones… Es la manifestación de una convergencia
de voluntades con la finalidad de producir efectos vigentes. El principal
efecto del acuerdo es su obligatoriedad para las partes que lo otorgan naciendo
para las mismas obligaciones y derechos. Es válido cualquiera que sea la forma
de su dedicación, con un objeto cierto y que no sea imposible.
Estas palabras llaman totalmente mi atención:
- Derecho (orden de la conducta humana en sociedad)
- Decisión (producto final del proceso
mental-cognitivo)
- Común (de Comunidad que comparten elementos
en común)
- Pacto (convenio o tratado solemne, estricto y
condicional)
- Convergencia (Unión de dos o más cosas que
confluyen en un mismo punto)
- Voluntades (que se expresa de forma
consciente / para decidir y ordenar la propia conducta)
- Vigencia. (Periodo de tiempo en vigor o en
uso)
- Obligatoriedad (de cumplir o hacer una cosa)
- Posible. (que puede ser, existir o suceder)
Nosotros hicimos un acuerdo con Dios, y él con
nosotros, pero también resulta que mientras se efectúan por completo los
tiempos de su palabra, debemos estar en esta casa, de la cual no tendría
sentido huir. Tomemos en cuenta una cosa, la salvación que se efectúa en Cristo
no es solamente contra el exterminio, también causa su sangre un efecto entre
nosotros al momento de que cohabitan en un mismo sitio.
“…El Señor mismo descenderá del cielo con voz de
mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo
resucitarán primero. 17 Luego los que estemos vivos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con
el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. 18 Por lo
tanto, anímense unos a otros con estas palabras.” 1 Tesalonicenses 4:16-18 (NVI)
Si crees que estas en Cristo, cubierto por su
sangre y bajo su techo quiere decir que existe en ti el ánimo y la espera.
Quienes están a tu lado podrían percibir ese ánimo en ti. De no ser así, tu o
las personas que están a tu lado están huyendo del amparo de esa sangre y el desánimo
junto con la indiferencia crecen silenciosas, construyendo un fundamento
arenoso opuesto al de Cristo. Dicho de otra forma, todos los que se alejan de
Cristo (mucho, poco o más o menos) están técnicamente fuera de Cristo, están en
contra misma de Cristo o jamás han sido de Cristo.
Aun cubiertos con la sangre de salvación, todo
llega a nuestra puerta, como una fuerte tentación que nos puede decir:
“aléjate… ya has tenido suficiente, ya eres salvo… relájate y piérdete…ven afuera…
lejos de su sangre.” ¡Que miedo! Pero no… las tentaciones son
extremadamente sutiles, disfrazadas de verdad, bienestar y
alegría… son como un imán difícil de ignorar, nos llama el mundo tan
intensamente que opaca cualquier servicio o ministerio. Pronto le hacemos el
feo a la iglesia y a sus files, su compañía no solo es indeseable, también es
fanática e hipócrita. En el momento menos pensado ya estas fuera del amparo
celestial, confundes los bienestares materiales, familiares y laborales con
bendiciones. Pero debes saber que las bendiciones son bienes que conllevan un
propósito para el orden celestial, en cambio los bienes terrenales solo traen
consigo bienestares perecederos. De ellos no podríamos darnos cuenta sino hasta
pasado el exterminio, donde se consumirá todo, menos las cosas y personas que
el destructor no podrá tocar por causa de Jesucristo.
La intención de esta predicación no es en lo
absoluto asustar a nadie, por el contrario, el apóstol Pablo dice que estas
palabras deben causar ánimo entre nosotros, en todo caso la intención es
remover la conciencia humana, principalmente porque bajo las cotidianidades del
mundo y nuestros caminares, llegamos a avanzar tanto y tan lejos que pasamos
por alto que el lugar que estamos pisando no es casa de Dios, ni es habitación
de consagrados, podemos no saber que estamos saliendo de la puerta y que
estaremos expuestos a fuerzas que no tienen propósitos
imperecederos.
El ángel del abismo, conocido en la Biblia como
‘Abaddon’ tiene la facultad de destruir, comienza desencadenando plagas, una a
una… al principio una plaga podría ser molesta y poco dañina, pero plaga tras
plagar tras plaga tras plaga… la sensación es insoportable. Sin embrago incluso
la muerte huira de la humanidad. Nadie que haya vivido o viva fuera de Cristo o
lejos de la puerta consagrada con su sangre, podrá salir de eso. Si hoy el
mundo nos ha hecho des-holgados y que libremente podemos aislarnos de quien es
una plaga para nuestra vida. El orgullo humano será puesto frente a una pared
irremediable. Aunque suene a cliché religioso… diré que hoy y todos los días es
momento de practicar una vida cubierta todo el tiempo y en todo lugar bajo la
sangre de Cristo.
DTB.
(Escrito: C.zar © SdeC
Comunidad Cristiana Interdenominacional / Imagen cortesía de ©Corbis)
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