08 julio 2007

* Predicación 24/6/’07 La emoción de vivir en Jesús

(escrita por T.rock)
1 Corintios 14:15; 20
15 ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.

Es importante entender lo que hacemos para Jesús. No podemos dejarnos llevar por emociones. Porque aunque son indispensables en la vida, también son temporales. Yo puedo empezar un servicio o un ministerio para el Señor. Estar muy entusiasmado, pero si no esta respaldado con un entendimiento, no va a lograr mucho. No dudo que será fructífero, pero internamente será devastador. Hay gente que es muy dedicada, pero por dentro se esta consumiendo a tal grado. Que le es un peso el servir, más que una bendición.

Es como estar en un trabajo. Al que vas porque es una fuente de ingreso, solamente. Es pesado levantarse todos los días e ir a trabajar. Cuando el único motivo es el dinero. El único día satisfactorio será el día de pago. Y añoraras ese día durante el resto del mes. Si, te desempeñaras. Si, harás tu trabajo. Pero no tendrás ninguna satisfacción interna.

La emoción nos puede llevar hasta cierto punto, pero luego nos abandona. Por eso es importante saber porque y por quien hacemos las cosas como cristianos. Es importante que entendamos que es lo que nos esta moviendo a trabajar. Porque si es “solo” emoción, pues entonces entendamos que es solo emoción, y que no será eterno.

Ahora no me mal entiendan. La emoción es el primer propulsor. Pero no debemos quedarnos ahí. Todos hemos llegado al camino de Jesús por una fuerte emoción. Ya sea, agradecimiento, arrepentimiento, bienestar, tranquilidad, etc. Pero debemos pasar esa etapa y crecer, madurar. Dejar que solo la emoción nos lleve es muy riesgoso. Debemos pasar al entendimiento. Porque estoy sintiendo esto. Que es lo que Dios quiere que aprenda. A donde me va a llevar este camino.

20: Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.
Gerardo y yo hemos platicado acerca de cómo en ocasiones cuando las cosas no salen como nosotros queremos, somos como niños que tiene sus juguetes y al estar disgustados agarramos nuestros juguetes y nos vamos. Esta es una situación de poder, el establecer la importancia de lo que yo represento y decir “sin mi no hacen nada”. Jesús nos habla de la importancia de ser humildes. Usándose El mismo como ejemplo de no venir a ser servido sino a servir. La madurez es lo que nos va a ubicar y pasar de la emoción al entendimiento.

Con el entendimiento conocemos que todo tiene una etapa. Un tiempo. Una intención:

Una etapa. Que representa parte de nuestra vida, no nuestra vida. No tenemos que desgastarnos y abrumarnos por los resultados del fin del mundo. De eso el control lo tiene Jesús.
Un tiempo. Y no solo me refiero al tiempo de Jesús. Que es el que valida lo que hagamos. Sino al tiempo en nuestras vidas para hacerlo. Hay ocasiones que en nuestras vidas no existe la madures ya sea emocional, psicológica o de cualquier índole. Para desarrollar un proyecto o algún trabajo. No me refiero a ministerio solamente. Sino a cualquier aspecto de nuestra vida.
Una intención. ¿Por que o por quien lo hago? No dudo que tengamos frutos pero ¿A quien darán la gloria nuestros esfuerzos? La intención de ser cristiano es alabar a Dios con todo lo que hacemos. El entendimiento nos dice quien esta recibiendo la honra, sin mentiras.

Madurez tampoco significa deambular en lo que será. Deambular a tal grado que no hicimos nada. Recordemos lo que dice Santiago acerca de la fe.

Hagamos por el Señor. Pero con entendimiento. Emocionémonos en el Señor, pues el es grande y maravilloso. Quedémonos asombrados de sus prodigios. Pero entendamos que todo tiene un propósito y una intención. Y oremos para que el Señor mismo sea quien nos de el entendimiento. Que no convierta nuestro vivir en Jesús en una carga.
Que sea el entendimiento de lo que hacemos la emoción de vivir en Jesús.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias hermanos por la dedicacion que han tenido de escribir estas palabras de aliento y siempre fortaleciendo la de de muchos hermanos DIOS los bendiga y que la gracia de nuestro Senor JESUCRISTO inunde sus corazones.