03 julio 2008

*Predicación 15/06/'08 "Profetas de Dios"

En el principio creo Dios los cielos y la tierra, y todo era perfecto hasta la desobediencia del hombre y la humanidad se fue por otros caminos que estaban fuera del plan divino y los apartó de Dios. Pero el Señor no quería eso para la humanidad y estableció una manera de estar en concilio.

La palabra profeta significa: “El que habla en nombre de otro”. En este caso un ser superior a otros seres inferiores, hablando divinamente. Y esa era su labor, sólo transmitir el mensaje que les fue dado tal y como lo recibieron. Posteriormente, debido a la naturaleza humana, (el pueblo de Israel los llamaba “videntes”), se le atribuyeron “poderes” de adivinación, o de predecir el futuro. Aunque algunos de ellos tenían el don, otorgado por Dios, para sanar a las personas y hacer milagros. Y éste se hizó más evidente cuando el Señor de acuerdo a su plan, decidió no hablar con el pueblo de Israel por casi 400 años, pero Dios, con su infinita misericordia, bondad y amor, y confiando en que recapacitarán, les dejó mensajes por medio de los Profetas.

¿Quiénes eran los profetas de Dios? Estos eran hombres fieles a Dios, escogidos y ungidos por el Espíritu Santo para ser portavoces de Dios. Recordemos que anteriormente, la humanidad no era digna de estar ante la presencia de Dios, por lo que el Señor, mantenía contacto con su pueblo por medio de ellos. Ellos eran escogidos por Dios mismo, por su amor a Él, su lealtad y por que amaban al pueblo de Israel. El Señor hablaba por medio de ellos para comunicar el plan divino para el pueblo; o cuando el pueblo se descarriaba siguiendo otros dioses. Esas eran las razones principales por las que Dios hablaba al pueblo de Israel.

Hoy en día tenemos la gracia de vivir bajo el Espíritu Santo, el cual es el que nos mantiene en comunión con Dios, es a través de Él que tenemos comunicación directa con Dios, Gracias a nuestro Señor Jesucristo.

Juan 16: 7 –15 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Este es el cumplimiento de la profecía de Joel 2:28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y no se refiere a que vayamos por el mundo dando muestras de que conocemos el futuro para la iglesia.

Ahora bien, por medio de la fe en Jesucristo, hemos recibido el Espíritu Santo, lo cual, según la profecía, te convierte en un profeta del Dios vivo. Y te da profecía por medio de su palabra. Y te encomienda a profetizar, por amor y obediencia a Dios y por amor a tu prójimo. Porque para eso fuiste llamado, 1 Pedro 2:9-10 Más vosotros sóis linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no érais pueblo, pero que ahora sóis pueblo de Dios; que en otro tiempo no hábiais alcanzado misericordia, pero ahora hábeis alcanzado misericordia.

Esa es tu labor como profeta de Dios, tan sencillo como decirle a la gente: Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna, 1 Timoteo 1:15-16.

Y la profecía que mantiene viva nuestra fe. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿Porqué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le hábeis visto ir al cielo. Hechos 1:10-11.

He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. Apocalipsis 1:7.

¿Qué hacer cuando viene un profeta de Dios a darnos profecía? Hermano no te alegres, porque recuerda las razones por las que Dios no habla de manera personal. Al contrario, Primero preocúpate porque quiere decir que no andas bien con el Señor y después ocúpate, ponte a cuentas con Dios, y escucha su voz, él siempre está dispuesto a reconciliarse con nosotros.

¿Qué hacen o que deberían hacer los profetas hoy en día, en nuestra iglesia? Los sanos no tienen necesidad de médico, sino de enfermos. De que nos sirve que nos profeticemos entre nosotros, nuestra labor está allá afuera. Así que toma tu compromiso con Dios, y decídete a llevar a cabo tu labor como profeta, y si no te gusta el término, hay buenas noticias, has sido ascendido. 1 Corintios 5:17-21.

(Escrito: Misael. © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)

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