26 junio 2008

*Predicación 8/06/'08 “¡Como a ti mismo!”

Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22:34-40 De esto depende toda la ley

¿Sabes qué es amarte a ti mismo?

En repetidas ocasiones hemos escuchado “- esa persona tiene la moral muy baja” o “-no tiene autoestima”. Y esto me ha hecho preguntarme si en verdad sabemos amarnos, porqué es muy importante que descubramos si sabemos amarnos. Si no sabemos amarnos, entendemos que por consecuencia no tenemos amor, y a lo mejor ahí empiezan nuestros conflictos con los demás y es muy sencillo de entender esto.

Hace algunos años aprendí en un taller que nadie puede dar algo que no tiene, y si no tengo amor, pues no puedo dar amor. Pero hoy nos enfocaremos en nosotros mismos, así que empecemos por el principio… Pregunta y responde - ¿Me amo? Sabes que hay gente que no se ama, sabes que hay gente que esta tan deprimida que no aprecia su vida o se siente derrotado aún antes de la batalla, o que tiene depresiones constantes que sólo encuentra solaz en ver su propia derrota. Entonces aprendemos algo, aprendemos que tenemos un valor. ¿Cuál es nuestro valor? Lo pondré de esta forma
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna Juan 3:16 Si pudiéramos vernos a través de los ojos de Dios, ¿Qué veríamos? Veríamos a alguien de tanto valor que es necesario entregar su vida por él. Ya sé que esto suena a slogan publicitario, que suena a: “- eso ya lo he oído muchas veces…” pero es una realidad. Lo que hagamos con esa realidad es lo importante, si voy a creer en Jesús como mi salvador, pues, lo primero que voy a creer es que Él murió por “mí…” Si mi fe no esta basada en eso, mi fe esta muy desfasada. No puedo tener fe en rituales o procedimientos religiosos porque estos no me salvan y por consiguiente no me demuestran amor, me explican como sería la vida en Cristo, más no a vivir la vida en Dios.

La Biblia nos dice que: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 2 Corintios 5:17-19 cuando aceptamos a Jesús como nuestro salvador y nos vemos en un espejo, seguimos siendo los mismos delante de nuestros ojos, pero no así delante de Dios o ante sus ojos. Ahora somos vistos diferentes, ahora somos vistos como revestidos por la sangre que Jesús derramó en la cruz. Tal vez sigamos teniendo el mismo lunar en la frente o la misma cicatriz, pero algo esta pasando que, delante de Dios, somos como nuevos. El amor que Dios nos tiene nos ha transformado, al menos delante de sus ojos.

¿Has tenido alguna ocasión en la que alguien te quiere mucho? Qué en realidad no entiendes el porqué. Es un amor que, simplemente lo tomas… Así es el amor de Dios. Simplemente “es”. Sería bueno preguntarme ¿Por qué es que Dios me ama? Pues es porque el nos ha hecho, nos ha formado, nos conoce desde el principio… A Él le hemos costado.

Ahora bien, si estamos en Cristo y, si hay cambios delante de Dios, el cambio principal se encuentra en mí, no sólo en la perspectiva de Dios. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 1 Corintios 3:16-17

El templo de Dios. Saber que ahora somos nuevas criaturas es saber que ahora Dios habita en nosotros, es cuidar lo que sucede y no me refiero a glorificar el cuerpo y convertirlo en nuestro Dios, sino más bien como dice en 1 Corintios 6:19-20 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Ya que en ocasiones hay gente que hace una tregua mientras tanto, o sea llegan a Dios y hacen una tregua entre sus vidas pasadas y las nuevas, pero Dios no quiere que hagamos una tregua porque eso significaría que en el futuro existiría una reconciliación, y créeme, esta nunca sucederá, “las cosas viejas pasaron”.
El pasado ya no existe, lo borramos, ahora hay que empezar a vivir de nuevo, además si lo pasado no nos servía, para que quiero regresar a eso. En el pasado no era yo templo de Dios, o sea Dios no habitaba en mí, ahora sí, esto es hablando de la parte física, y ¿Qué hay de la parte intelectual? Efesios 4:22-24
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Renovando nuestras mentes. Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:1-3 nos da una enseñanza aún más profunda ya que en ocasiones creemos que amarnos a nosotros mismos tiene que ver con narcisismo y vanidad, pero este pasaje nos ayuda a ver que no es así. También les platico que cuando era joven mi pastor me “enseño” que eso de ir al gimnasio no era bueno. Basado en la escritura de 1 Timoteo 4:8. Pero si vemos su contexto, nunca dice que sea malo., sino que no nos olvidemos de la piedad o el amor, ni de hacer nuestro trabajo para Dios. No quedarnos en un amor narciso o vanidoso que se olvida de los demás por estar tan preocupado por mí mismo.

No estoy hablando de un amor egoísta que sólo busca lo mejor para si, eso no es el amor que necesitamos tener, el amor que necesitamos tener y sentir es el amor que Dios nos da, es por eso que es importante que aprendamos bien como Dios nos amo, para poder entender el amor que hay en mí, que es para mí.

En la renovación de nuestra mente hay dos cosas importantes: Dios escudriña nuestra mente Jeremías 17:10. Y el renueva también nuestra mente Jeremías 31:33.
Al ir viviendo más y más con Cristo, él va renovando también, el trabajo no es solo mío, cuando Dios ve que estamos dispuestos a ser Cristianos Él va poniendo en nosotros lo que quiere que veamos, Dios no nos está programando, nos va informando que es lo mejor para nosotros, espero podamos entender bien ésta parte bíblica, pues habla de la mente y corazón (
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras./ Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.) Entendimiento y sentimientos al mismo tiempo. Hay gente que dice: - yo no sé que hacer, o - yo no siento nada… pero, aquí Jeremías nos dice que Dios está tratando de que entendamos y de que sintamos, y que Él está trabajando en eso. Dios nos ama tanto que sigue con nosotros aún después de que le aceptamos, con Dios no es que le aceptas y bueno arréglatelas, no peques, no blasfemes y a ver como le haces. ¡No! Él te cuida y cuida de tu mente y de tu corazón, y aquí es cuando debemos entender que tipo de amor hay en nosotros, entender el amor que debe haber en nosotros para “nosotros”.

Aprender a amarnos como Dios nos ama no es sencillo, es ver lo que hay dentro de nosotros, aceptarlo y reconciliarlo, ver lo bueno que hay y lo malo también, tomar lo bueno y desechar lo malo.

Parte de amarnos es el perdonarnos. Conozco mucha gente que no se ha perdonado por muchas cosas que haya hecho en el pasado, y que arrastra eso todavía aún siendo una nueva criatura. La falta de perdón nos impide ver el amor con el que Dios nos ama. Puesto que Dios nos ha perdonado por todos nuestros pecados, pero nosotros mismos no nos hemos perdonado, entonces no hemos podido entender aún el amor de Dios. En serio, es tan sencillo como eso.

Entonces Jesús nos invita en este pasaje de Mateo 22, no sólo a que amemos a los demás sino que entendamos que tipo de amor estamos dando, ya que lo que está en nosotros es Él pues somos su templo. Que compartamos al Jesús que vive en nosotros y que entendamos que el amor de Dios es para nosotros, es para mí. Entender que soy amado y si yo soy amado tengo amor para amarme, y es así que podré amar a los demás como a mí mismo.

(Escrito: Juan. Adaptado y corregido para este BLOG: C.zar / © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)

No hay comentarios.: