03 julio 2008

*Predicación 29/06/'08 El milagro de la Vida y de la Muerte”

primero leamos en: 1 Juan 3: 11-24 Éste es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros. No seamos como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porqué sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos, no se extrañen si el mundo los odia. Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben que en ningún asesino permanece la vida eterna. En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros… Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. En esto sabremos que somos de la verdad, y nos sentiremos seguros delante de él: que aunque nuestro corazón nos condene, Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo. Queridos hermanos, si el corazón no nos condena, tenemos confianza delante de Dios, y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto. El que obedece sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.


En toda ocasión que se predica sobre el amor, es muy acertada la forma en que se destaca el hecho de que amar es un mandamiento. Quien no ama no conoce ni tiene conciencia de quien es Dios, aún peor, quien no practica el amor es partícipe de lo opuesto al amor y a Dios. He incluso es muy posible que quien no sabe amar no sea hijo de Dios, ni heredero de su reino. (esa es otra predicación)

Ahora deseo destacar sólo al amor, y los beneficios a corto y largo plazo que éste nos brinda, como fue el claro ejemplo en la vida de Pedro.
Éste hermano nuestro que recientemente nos dejó, sabía mucho de ese tema, y no precisamente porque lo predicara con palabras, sino que mejor aún, lo demostraba lo mejor que le fué posible hacerlo, ciertamente el practicó el amor en su forma muy particular. Sintamos parte de eso, ya que ese amor fué recíproco, no sólo porque él se dejaba amar, sino porque el amor que pudimos compartir con él, es fruto de un don divino que todos los hijos e hijas de Dios debemos conocer y practicar, no sólo de palabra sino de una forma que resulta ser espontánea, voluntaria y libre según el Espíritu Santo les dé a entender a cada quien.

Todos los hijos de Dios tienen la capacidad de demostrar amor, cada uno en su muy particular forma, pero esencialmente debe ser justo, equitativo para todos (as) y… por supuesto, de Dios. Imagino que a casi todos aquí, la partida de Pedro nos dio mucho por reflexionar, nos pudo colocar en pruebas, nos ha estado calando como seres humanos sensibles a las pérdidas, a algunos incluso los puso en estado de shock, otros aún no lo creen. En fin, que en todo Dios está presente siempre y también en estos casos hay mucha enseñanza.

Esencialmente el dolor está latente porque dejaremos de ver a nuestro hermano por un tiempo, salen las lágrimas al luchar con la idea de no aceptar que la vida terrenal es finita, somos mortales y el deseo de vivir y la forma que tenemos de aferrarnos a ésta vida es altamente poderosa e incluso instintiva.
Dicen que “
una muerte es una tragedia, un millón de muertos es solo una estadística" por eso en nuestra tragedia tan cercana a nosotros podemos hundirnos en la depresión y la incomprensión. No encontrarás forma de explicar las pérdidas más que en la misma palabra de Dios. Resulta más fácil de explicar de manera espiritual, ya que la Biblia nos deja muy claro que la muerte es un paso al futuro, es un paso a la vida.

No deja de conmoverme todo lo que presencié, en Pedro mismo, en su familia y en la iglesia. En un sueño Dios me decía por medio de una predicación “que Pedro no sentía más dolor, y que la pérdida de Pedro es definitivamente una gran herida en el corazón de nuestra iglesia, y una herida en lo personal, más sin embargo Dios me hizo saber también que esa herida es del tipo de heridas que sanan por si solas”. Tanta palabra de Dios en nosotros dará su fruto y nos traerá consuelo.

Semanas antes, orábamos mucho por sanidad para Pedro, pero… no siempre los milagros llegan exactamente como uno los pensaba, o incluso como uno los “planeaba” ya que la vida o la muerte no son plan nuestro.
Nosotros pedíamos humillados para que él sanará, y así sería, porque teníamos una fe muy alta, muy puesta en lo alto, muy justa…
No, la cosa es que los designios de Jehová son inescrutables, inciertos, insospechados, y debemos ser justos y sabios para aceptar su voluntad.

Yo si creo que pasó un milagro en él, y de sanidad. Además también en nosotros… ya que Dios trae sanidad en todos los aspectos. Ésta sanidad está sucediendo, llegando por todos lados. En él llegó la sanidad y la vida eterna, él se fue para trascender a otro bello lugar, donde no hay dolor ni llanto, donde todo lo abastece Dios sin el menor esfuerzo... Nosotros estamos siendo sanados de nuestra herida también, con la misma sabiduría que nos hace entender el evangelio de Jesucristo. La familia de Pedro despertó hoy y lo hará mañana también, han sobrevivido y tendrán que hacerlo, porque el milagro continúa.

Aceptémoslo, lo inevitable ocurrió, lo que le pasó y le pasará a todo ser humano simplemente es también parte del milagro de la vida y de la muerte humana. Lo bello de este milagro, en el caso de Pedro y en el caso de muchos seguidores de Cristo… es que la vida continúa.

- No digamos adiós, sino hasta luego.
- Aunque hoy lloramos por esa herida, sabemos también que sanará.
- Dios nos ha puesto en esta situación y nos seguirá poniendo en éste tipo de situaciones… Por todo eso y también para experimentar éste tipo de milagros.

De alguna manera debemos lograr dar gracias a Dios, por qué en todo hay que reconocer que Dios es supremo, por encima de nuestras emociones y por encima de nuestros apegos terrenales. En todo y por sobre todo, la gloria y el honor sean dadas a Dios, por siempre.

Por fe tenemos la certeza de que Dios ha bendecido a Pedro incomparablemente, en la medida justa y rebosante que a él le mereció por medio del Señor Jesucristo... quien pagó por su vida y hoy le ha dado lugar en su casa. Escuché decir antes, que Pedro aún después de su muerte sigue predicando el evangelio de Jesucristo.
Ese mensaje debe quedar muy claro en todos los que lo creen, y también debe hacer eco en quienes aun no lo entiendan, ya que de ello depende el futuro de muchos (as).
- La misma generosidad, el mismo milagro, la misa esperanza de fe… y todo lo que por fe le corresponde a Pedro… igual… será y es, para quienes también como él han creído en las promesas que Dios hizo y anunció en Jesucristo. Larga vida para quienes guardan con celo esta fe…
- Dios tiene gracia eterna para quienes sin ver físicamente a Jesucristo le vieron reflejado en su evangelio o lo vieron reflejado en personas que predican lo que Pedro predicó en el púlpito y en testimonio…
- La misma fortuna y milagro de vida eterna, para quienes ponen el nombre de Dios en alto, (nombre que es sobre todo nombre.)
- Lo mismo que Pedro tiene ya, eso mismo será para quienes escuchan y aceptan estas verdades.

Esa es la predicación básica de Pedro, ese es el mensaje de salvación que Jesucristo nos ha pedido que escuchemos, aceptemos, declaremos y prediquemos.
Sin dejar de predicarlo nunca, que aún después de haber partido de ésta vida terrenal, el testimonio que dejemos continúe predicando el evangelio, el plan de salvación y buenas nuevas de vida en Cristo Jesús.

Dice la portada de una Biblia: “Dios Habla Hoy” Y así es… y nos damos cuenta que Dios habla incluso en las tragedias, es más, Dios no sólo habla en las tragedias… sino que nos ¡¡¡¡Grita!!!!
Nos habla con todo el amor divino que Él tiene, y nos consuela con su palabra, con las enseñanzas del evangelio, con las proféticas promesas, con los elocuentes salmos.

Si tú tienes algún penar por alguna perdida, y deseas consuelo…
Te recomiendo que leas y escuches la voz de Dios en su palabra, Él te estará hablando…
Si eres de los que lee, pero no entiende muy bien la Biblia… no dejes de asistir a la iglesia, no te pierdas los estudios bíblicos, escucha el consejo del hermano que te quiere, escudriña las verdades escritas en la Biblia, inúndate de una fuente de sabiduría que es su palabra divina, en todo eso encontrarás el poder y la fuerza que sostienen al hombre o a la mujer más llenos del Espíritu Santo.

Toda persona que este llena y en la presencia de Dios, es fuerte por naturaleza, como es fuerte quien nos ah hecho sus hijos. Con un espíritu valiente, dispuesto y con dominio propio, fuertes por gracia y poder que los dones que Dios nos ha regalado… saquemos provecho (en el mejor de los sentidos)

Nuestra carne es débil, y tendemos a llorar por lo que “perdimos” según cada quien lo considere así, pero también apresúrate y recupérate, porque la debilidad en la carne puede ocultar lo que si hemos ganado o lo que Pedro ha ganado. Ubiquémonos bien en este panorama de sensaciones e ideas.

Pedro es uno de esos hombres cuyo gran valor de amar fue uno de sus regalos espirituales más visibles. Él sólo hizo lo que Dios le ordenó, y con ello logró ser recordado como todo un caballero, varón de amor y fiel Seguidor de Cristo.
Que bonito es que te recuerden con el brillo de Jesucristo, que bonito es que te recuerden habiendo explotado los dones del Espíritu Santo.
Más bonito que unas palabras escritas en una tumba.
Amémonos pues los unos a los otros no sólo de palabra sino de hechos.

(Escrito: C.zar © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

This is a nice blog. I like it!

seguidores de cristo dijo...

God Bless You.
:)
Thank for comments.