14 agosto 2008

*Predicación 27/07/'08 “La sabiduría y la tentación”

Génesis Capítulo 3: En las escrituras bíblicas pódenos leer en el Génesis que la serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer: ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? Podemos comer del fruto de todos los árboles –respondió la mujer- Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán”. Pero la serpiente le dijo a la mujer: -¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió.

En ésta historia encontramos una parte muy interesante, la de “Era deseable para adquirir sabiduría” la Biblia es clara cuando dice en Santiago 1:5 y 3:17 acerca de la sabiduría, pero se encuentra centrada en medio de la tentación.

Tenemos dos clases de sabiduría: la sabiduría humana y la sabiduría de Dios…

La humana conoce que hay que hacer en éste mundo, como actuar en la calle, como actuar en el trabajo y como sacar ganancia de lo que sabemos hacer. La sabiduría de Dios es la que nos muestra Santiago en 3:17.

Continúa el relato de Génesis 3:7-9: En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera. Cuando el día comenzó a refrescar, oyeron el hombre y la mujer que Dios andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás?

Existen debates teológicos en quien está hablando en ésta parte y como lo está haciendo. Pero no entraremos en profundidad, sólo aclararemos que el hombre se ha dado cuenta por medio de su sabiduría que ha traicionado a Dios y ahora su falta está expuesta, representada aquí con su desnudez… ahora bien si ya habían hecho ropas para cubrirse… ¿Porque se escondieron, porque no salir al frente de Dios como un Oscar de la Renta o un Versace, porque se sintieron que aún estaban desnudo? Porque en ellos existía una conexión, con la sabiduría del fruto entienden que Dios ve más allá, que no importa la ropa que uses o como te presentes ante el mundo o en la calle o en el trabajo; delante de los ojos de Dios somos expuestos delante de Él y nos ve tal y como somos. Nuestra desnudez es evidente para Él y nos ve como realmente somos.

Génesis 10 y 11 El hombre contestó: -Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí. ¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? Le preguntó Dios. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer?

¿Dónde estás? Creo yo que Dios no necesita que le digamos donde estamos físicamente, no creo que Dios nos busque físicamente sino espiritualmente y moralmente. Que nuestra mente sepa en que lugar estamos es la pregunta que debemos contestar. ¿Adán dónde estás? ¿Quién te lo ha dicho? ¿Cómo has adquirido ese conocimiento? ¿Acaso me desobedeciste? Dios sabe las respuestas de esas preguntas y ahora está confrontando al hombre con sus acciones. Quiere que reconozca que ha fallado. Quiere ver si algo de su sabiduría está en el hombre.

G.12
Él respondió: -La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.

¿Qué pasa cuando no queremos enfrentar nuestras acciones?

Pues bien fácil, le echamos la culpa a alguien más. Y es naturaleza humana. En nuestra sabiduría humana es más fácil salir de una situación mala que arreglarla porque enfrentar alguna situación, sobre todo cuando yo soy el que he fallado, es muy difícil, requiere una madurez que en ocasiones no tengo y una sabiduría que tampoco tengo.

G.13 Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: - ¿Qué es lo que has hecho? – La serpiente me engaño y comí- contestó ella.

El punto de éste mensaje sobre buscar sabiduría, es que la podemos encontrar a través de un lugar inesperado, al menos por nosotros.

Santiago 3:17 dice que la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera, o sea es amor. En el amor encontramos las mejores decisiones pues proceden de un corazón que no busca un bien propio y que es imparcial. Al final de éste pasaje vemos como Dios ve nuestra sabiduría y sabiendo que no es suficiente nos cubre con su sabiduría.

G.14 Dios es el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió.

Dios está dispuesto a recubrirnos con sabiduría que viene del cielo. Él en amor nos puede cubrir, da a nuestro entendimiento una nueva ropa. Cobijémonos y arropémonos en la sabiduría del Señor. Seamos renovados con la renovación de nuestras mentes Romanos 1:2

Busquemos pues la sabiduría que viene del cielo. Si comparamos el capítulo 3 de Génesis con el libro de Santiago podremos encontrar muchas respuestas de porque actuamos como actuamos y como podemos mejorar y corregir lo que hacemos para agradar a Dios, que es a final de cuentas lo que estamos buscando como Seguidores de Cristo.

(Escrito: Trock © SdeC Comunidad Cristiana Interdenominacional, Imagen cortesía de ©Corbis)

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